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ANÁLISIS: El caso Kelly y la falta de rigor de la BBC

El diario londinense The Guardian informa este lunes de que el presidente de la BBC, Gavyn Davies, y el director general, Greg Dyke, se negaron a aceptar una tregua del Gobierno, días antes del aparente suicidio de Kelly. El periódico interpreta que esta tregua le hubiera salvado la vida.

LD (Agencias) Pocos días antes de la muerte del biólogo David Kelly, el Gobierno del Reino Unido había ofrecido una tregua a la BBC en el conflicto que venían sosteniendo desde que la cadena pública informó que el Gobierno exageró la amenaza iraquí para justificar la guerra. Los directivos rechazaron la oferta, menciona este lunes el periódico londinense The Guardian . Las críticas contra la empresa han quitado un poco de presión sobre el Gobierno de Tony Blair, quien pasa por la crisis más grave desde que llegó al poder, en 1997. Una encuesta del diario The Daily Telegraph revela que la credibilidad de Blair, de su ministro de Defensa, Geoff Hoon, y de su portavoz, Alastair Campbell, ha caído entre un cincuenta y un sesenta por ciento. Sin embargo, una mayoría justa (41 contra 39) cree que Blair debería seguir como primer ministro.

Desde que la BBC identificó el domingo a David Kelly como su "principal fuente" informativa, aumenta la presión para que dimitan sus responsables. Entre el 29 de mayo y el 4 de junio, la cadena dedicó al menos tres programas de gran audiencia para informar de que el Gobierno exageró la amenaza iraquí con objeto de justificar la guerra. La cadena de radio y televisión públicas confesó el domingo, una vez autorizada por la familia Kelly, que el científico fue la "fuente principal" de los periodistas Andrew Gilligan y Susan Watts, autores de los programas. Pero el propio Kelly, cuando compareció ante el comité parlamentario que se ocupa de estudiar las decisiones del Gobierno en relación a la guerra, declaró que no entendía cómo Gilligan sacó esas conclusiones a partir de la conversación que tuvo con él. Sin embargo, el periodista Gilligan declaró el domingo por la noche que ni había citado, ni había interpretado a Kelly incorrectamente.

El diputado laborista Gerald Kaufman, que preside el influyente comité de la Cámara de los Comunes que se ocupa de los medios de comunicación, criticó a la BBC por haber descrito a la fuente como “un alto funcionario de los servicios de inteligencia”, cosa que Kelly no era. Y el diputado que representa la circunscripción a la que pertenecía Kelly, Robert Jackson, fue más allá, al acusar al periodista Gilligan de haber inventado buena parte de su información. Jackson llegó a decir que “la BBC es responsable de su muerte. Si hubieran hecho esta declaración antes del suicidio, no habría muerto”.

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