L D (Agencias) En los jardines de la Casa Blanca y en presencia del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld; el jefe del Estado Mayor, general Richard Myers, y el administrador de Irak, Paul Bremer, Bush dijo que ahora es aún más evidente que el régimen de Husein está muerto. "Ahora, más que nunca, todos los iraquíes pueden saber que el viejo régimen ya no está y no volverá", dijo el presidente. Bush se refirió a los hijos de Sadam Husein como "dos de los esbirros clave del régimen" y los acusó de "ser responsables de las torturas, la mutilación y el asesinato de incontables iraquíes". Qusay y Uday murieron el martes durante un "violento combate" en la ciudad iraquí de Mosul, 400 kilómetros al norte de Bagdad, según informó en la capital iraquí el general estadounidense Ricardo Sánchez, quien aseguró que los hijos de Sadam ofrecieron a las tropas estadounidenses una "fiera" resistencia.
Washington, que recibió la noticia con satisfacción, considera que la supervivencia de Sadam Husein y sus hijos era la principal fuente de inestabilidad en Irak, ya que alimentaba la resistencia guerrillera y el rechazo a cooperar con las fuerzas de ocupación. Bush reconoció, no obstante, que el entorno del derrocado régimen de Bagdad sigue manteniendo "unos pocos focos de resistencia", que serán perseguidos hasta el final por las tropas estadounidenses. "Estos asesinos son los enemigos del pueblo de Irak. Operan principalmente en unas pocas áreas del país. Donde sea que operen, serán cazados y serán derrotados", añadió. En Washington, mientras tanto, se debate sobre la conveniencia de que se difundan públicamente fotos con los cadáveres de Qusay y Uday, cuyos cuerpos fueron recuperados parcialmente carbonizados y que fueron identificados por radiografías y pruebas dentales.
El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, afirmó que "todavía no se ha tomado una decisión", pero sugirió la necesidad de hacerlo, "dado el nivel increíble de sospecha y paranoia que hay en la zona", para que el pueblo iraquí tenga una certeza absoluta. Wolfowitz consideró que la muerte de Uday y Qusay Husein, a quienes calificó como "dos criaturas miserables", servirá no sólo para "ayudar a levantar la manta de miedo que aún tiene el pueblo", sino para cortar un canal de financiación de la resistencia. Recién regresado a Washington tras una visita a Irak, el "número dos" del Pentágono, rechazó que esa resistencia obedezca a una táctica planeada de guerra de guerrillas y consideró que los ataques contra las tropas aliadas tienen un componente mafioso y económico. "Asesinatos por encargo, asesinos de alquiler (...). Esa es la táctica principal", dijo Wolfowitz en conferencia de prensa, quien aseguró que el entorno de Sadam Husein y los funcionarios fugitivos del partido Baaz "pagan 500 dólares a quien esté dispuesto a disparar contra un estadounidense".
Wolfowitz, uno de los principales "halcones" del Departamento de Defensa y defensor desde el principio de la invasión, repasó la situación en Irak y consideró que "es extraordinariamente estable en el norte y sur del país, y está mejorando en el centro". Además, aseguró que ya no hay problemas serios de suministro de electricidad, agua y alimentos, y destacó que la producción de petróleo ha superado la marca del millón de barriles diarios. El subjefe del Pentágono señaló que el mantenimiento de la seguridad sigue siendo la prioridad de EEUU en Irak, seguida del restablecimiento total del suministro de energía, la creación de empleos y la diversificación de los medios de comunicación. De la moral de las tropas estadounidenses, afirmó que "sigue siendo alta" y dijo que "lo peor es la incertidumbre" que hay entre muchos soldados sobre la fecha en la que podrán regresar a casa.
Washington, que recibió la noticia con satisfacción, considera que la supervivencia de Sadam Husein y sus hijos era la principal fuente de inestabilidad en Irak, ya que alimentaba la resistencia guerrillera y el rechazo a cooperar con las fuerzas de ocupación. Bush reconoció, no obstante, que el entorno del derrocado régimen de Bagdad sigue manteniendo "unos pocos focos de resistencia", que serán perseguidos hasta el final por las tropas estadounidenses. "Estos asesinos son los enemigos del pueblo de Irak. Operan principalmente en unas pocas áreas del país. Donde sea que operen, serán cazados y serán derrotados", añadió. En Washington, mientras tanto, se debate sobre la conveniencia de que se difundan públicamente fotos con los cadáveres de Qusay y Uday, cuyos cuerpos fueron recuperados parcialmente carbonizados y que fueron identificados por radiografías y pruebas dentales.
El secretario adjunto de Defensa, Paul Wolfowitz, afirmó que "todavía no se ha tomado una decisión", pero sugirió la necesidad de hacerlo, "dado el nivel increíble de sospecha y paranoia que hay en la zona", para que el pueblo iraquí tenga una certeza absoluta. Wolfowitz consideró que la muerte de Uday y Qusay Husein, a quienes calificó como "dos criaturas miserables", servirá no sólo para "ayudar a levantar la manta de miedo que aún tiene el pueblo", sino para cortar un canal de financiación de la resistencia. Recién regresado a Washington tras una visita a Irak, el "número dos" del Pentágono, rechazó que esa resistencia obedezca a una táctica planeada de guerra de guerrillas y consideró que los ataques contra las tropas aliadas tienen un componente mafioso y económico. "Asesinatos por encargo, asesinos de alquiler (...). Esa es la táctica principal", dijo Wolfowitz en conferencia de prensa, quien aseguró que el entorno de Sadam Husein y los funcionarios fugitivos del partido Baaz "pagan 500 dólares a quien esté dispuesto a disparar contra un estadounidense".
Wolfowitz, uno de los principales "halcones" del Departamento de Defensa y defensor desde el principio de la invasión, repasó la situación en Irak y consideró que "es extraordinariamente estable en el norte y sur del país, y está mejorando en el centro". Además, aseguró que ya no hay problemas serios de suministro de electricidad, agua y alimentos, y destacó que la producción de petróleo ha superado la marca del millón de barriles diarios. El subjefe del Pentágono señaló que el mantenimiento de la seguridad sigue siendo la prioridad de EEUU en Irak, seguida del restablecimiento total del suministro de energía, la creación de empleos y la diversificación de los medios de comunicación. De la moral de las tropas estadounidenses, afirmó que "sigue siendo alta" y dijo que "lo peor es la incertidumbre" que hay entre muchos soldados sobre la fecha en la que podrán regresar a casa.