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REPRODUCCIÓN ASISTIDA

La Conferencia Episcopal cree que la reforma mejora la ley, aunque seguirá siendo injusta

La Conferencia Episcopal Española considera que la reforma de la ley de reproducción humana asistida anunciada por el Gobierno mejora la norma, aunque es "insatisfactoria" y la regulación seguirá siendo "injusta" al permitir que continúe "la producción de seres humanos".

L D (EFE) En un comunicado, la Conferencia estima que la reforma, aunque "muy insuficiente", "limitaría los daños que se está causando al amparo de la vigente ley de 1988" al limitar el número de fecundaciones y de transferencias en cada ciclo de fecundación asistida, prohibir la reducción embrionaria y responsabilizar a los progenitores de sus embriones congelados. Este órgano advierte de que las investigaciones realizadas sobre embriones humanos que les produjeran daño o les causaran la muerte se caracterizan por su "ilicitud moral", ya que los embriones merecen "el respeto debido a la persona humana".

Según sus datos, la reforma ni autoriza ni prohíbe expresamente esas investigaciones, "condenables desde el punto de vista moral" y es necesario precisar ese punto. "Mantener congelados embriones humanos es situación abusiva contra esas vidas que puede ser comparada con el ensañamiento terapéutico. Proceder a la descongelación es poner fin al abuso y permitir que la naturaleza siga su curso, es decir, que se produzca la muerte. Dejar morir en paz no es lo mismo que matar", explica.

A su juicio, lo bueno sería que nunca se hubiera dado la acumulación de embriones congelados y que no hubiera que decidir ahora sobre su descongelación y sobre su destino, "algo que no dejará de ser, en el mejor de los casos, un mal menor". Ante esta situación, "los embriones que han muerto al ser descongelados podrían ser considerados como donantes de sus células, que entonces podrían ser empleadas para la investigación en el marco de un estricto control, semejante al que se establece para la utilización de órganos o tejidos procedentes de personas fallecidas", añade.

La Conferencia aprecia en el proyecto "una voluntad de aminorar los males producidos por una legislación gravemente injusta", aunque considera necesario que se avance más para poner a la ciencia al servicio de la salud y de la integridad física y espiritual de las personas y que la ley nunca se utilice "para disponer de medios que suplanten la relación interpersonal de procreación por una relación técnica de producción de seres humanos".

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