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Una lucha de clanes en el GIL abre una crisis en Marbella con el apoyo del PSOE y los andalucistas

El partido de Jesús Gil se ha roto después de que ocho de sus concejales en Marbella hayan promovido una moción de censura en el Ayuntamiento para arrebatar el poder al alcalde, Julián Muñoz, con el apoyo del PSOE y los andalucistas. Como en la Federación Socialista Madrileña, la crisis parece provocada por una lucha de clanes internos con intereses urbanísticos.

L D (Agencias) Ocho concejales del Grupo Independiente Liberal de Marbella, el partido político de Jesús Gil, han promovido una moción de censura contra el alcalde, Julián Muñoz, de su misma formación. A la moción se han unido los concejales del PSOE y los del Partido Andalucista. Detrás de esta crisis abierta también se intuye una lucha de clanes en el GIL, como ocurrió en la crisis de Madrid hace ahora casi dos meses, al menos según las declaraciones del alcalde marbellí. Julián Muñoz ha dicho sentirse “defraudado” por la moción de censura y ha anunciado que “ha empezado la guerra” contra el presidente de su partido, Jesús Gil, a quien acusó de estar detrás de toda la operación. “Si quiere guerra, yo muero en esta guerra, pero me lo llevo a él por delante”, ha dicho Muñoz en una multitudinaria conferencia de prensa en la que anunció que él y los seis concejales de su partido que no han secundado la iniciativa se han pasado al Grupo Mixto.

Esta decisión ha provocado que el GIL, por primera vez en doce años, se quede sin representación en el Ayuntamiento de Marbella, ya que tanto los ocho concejales del GIL que suscriben la moción junto a cinco del PSOE y tres del PA, como los siete que no han firmado, han formalizado su pase al Grupo Mixto. Según el todavía alcalde de Marbella, esta “guerra” empezó cuando se estaban configurando las listas electorales, como parece que ocurrió en la Federación Socialista Madrileña antes de la espantada de Tamayo y Sáez en la Asamblea de Madrid el pasado 10 de junio. Muñoz reconoció que en la configuración de la lista electoral "hubo dificultades", que las negociaciones fueron "muy duras" y que incluso se rozó la ruptura y la posibilidad de que hubiera dos listas, "pero salimos juntos y ganamos las elecciones".

No obstante, explicó que "creía en el GIL y creí y creo en el proyecto porque es bueno, pero hay que desarrollarlo en la legalidad". En este contexto de “legalidad” se enmarca la destitución del gerente de urbanismo, Juan Antonio Roca, decisión que Muñoz tomó horas antes de que ocho de sus propios concejales promovieran la moción de censura. Según explicó, en las negociaciones con la Junta de Andalucía para desbloquear la aprobación del Plan General de Ordenación Urbana de Marbella, la propia Junta le pidió que cesara a Roca, relacionado con varias causas judiciales abiertas contra Jesús Gil, y que mantuviera al propio Gil apartado de los planes urbanísticos de la ciudad malacitana. De acuerdo a las palabras de Julián Muñoz, los “detonantes” de la crisis institucional han sido el urbanismo, “que yo quería controlar”, y su decisión de cesar a Roca.

La moción de censura, suscrita por los cinco concejales del PSOE, los tres del Partido Andalucista y ocho de los quince del GIL, fue entregada este viernes por la mañana por la concejal del GIL Marisol Yagüe, que se perfila como nueva alcaldesa, y por los portavoces municipales del Partido Andalucista, Carlos Fernández, y del PSOE, Isabel García Marcos. Sin embargo, aún no se sabe qué ocurrirá con el apoyo del PSOE a la moción, ya que el portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, ha amenazado a sus concejales con tomar “medidas disciplinarias” e incluso penales si apoyan la moción de censura, ya que su comportamiento iría en contra del Pacto Antitransfuguismo.

El Partido Popular, que tiene cuatro concejales en Marbella, se ha mantenido al margen de todos estos movimientos.

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