L D (EFE) La resolución, que fue aprobada durante la madrugada del sábado, contempla como premisa que el presidente del país, Charles Taylor, abandone el cargo y se exilie a Nigeria, tal como anunció él mismo a principios de julio. El pasado 4 de junio, Taylor fue acusado por el Tribunal Especial para Sierra Leona de haber cometido crímenes de guerra y contra la humanidad, ante los indicios de que apoyó a los rebeldes del país vecino a cambio de tener acceso a sus reservas de diamantes. Esta imputación originó el levantamiento de una de las organizaciones rebeldes, Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD), que pedía la dimisión de Taylor, lo que llevó a la ruptura de los acuerdos de paz y la reanudación de las hostilidades.
Los casi dos meses de enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales se han avivado en las últimas horas en la capital, Monrovia, que padece graves deficiencias, que hacen imprescindible la actuación de la comunidad internacional. El principal problema que sufre Monrovia es, además de la muerte y destrucción que ha traído el conflicto, la ausencia de infraestructura sanitaria y de agua potable, que ha puesto a la capital al borde de una epidemia de cólera. Las agencias humanitarias de la ONU tratan de luchar contra la falta de medios sanitarios, el hacinamiento de la población en las calles, el contagio de enfermedades y la falta de agua, de comida, y de combustible, necesario para que funcionen los generadores eléctricos.
A ello se unen las subidas disparatadas de los precios de artículos de primera necesidad, de manera que un saco de arroz, que antes de los enfrentamientos costaba 20 dólares, vale ahora entre 75 y 100 dólares, mientras que el precio de la mandioca se ha multiplicado por diez, según informa la ONU. En esta situación, la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO) está tratando de apaciguar el país con propuestas políticas que permitan la salida del presidente y la celebración de elecciones, a medio plazo. Este mismo viernes, una delegación de la CEDEAO viajó a Monrovia para entrevistarse con Taylor y hablar de su exilio, una vez lleguen a Monrovia las fuerzas de pacificación. Sin embargo, ni Taylor ni ningún otro oficial de su Gobierno acudió al aeropuerto para reunirse con la delegación, que incluye a varios ministros de los países de la CEDEAO.
En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una resolución que permitirá el envío urgente de una fuerza internacional. Esta resolución se vio rodeada de polémica, ante la negativa de Francia, Alemania y México de apoyar uno de los puntos que introdujo Estados Unidos, según el cual, se exime a sus "cascos azules" de someterse al Tribunal Penal Internacional por sus actuaciones durante la misión de paz.
La intervención multinacional en Liberia se llevará a cabo en tres fases, una primera en la que la CEDEAO enviará 1.500 soldados a mediados de agosto, procedentes de Nigeria, Ghana, Mali y Senegal, y que tendrán una misión pacificadora, coincidiendo con la salida de Taylor del país. En la segunda fase, llegará una fuerza multinacional, liderada probablemente por Estados Unidos, para facilitar el establecimiento de un gobierno y ayudar a la población. La tercera etapa, la fuerza multinacional será relevada por una misión pacificadora bajo la bandera de la ONU, cuyo componente militar estará formado por tropas de la CEDEAO y otros países contribuyentes.
Otras de las tareas de la misión será ayudar al gobierno interino en la desmovilización y el desarme de los grupos armados, así como proporcionar seguridad a las instituciones gubernamentales.
Los casi dos meses de enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales se han avivado en las últimas horas en la capital, Monrovia, que padece graves deficiencias, que hacen imprescindible la actuación de la comunidad internacional. El principal problema que sufre Monrovia es, además de la muerte y destrucción que ha traído el conflicto, la ausencia de infraestructura sanitaria y de agua potable, que ha puesto a la capital al borde de una epidemia de cólera. Las agencias humanitarias de la ONU tratan de luchar contra la falta de medios sanitarios, el hacinamiento de la población en las calles, el contagio de enfermedades y la falta de agua, de comida, y de combustible, necesario para que funcionen los generadores eléctricos.
A ello se unen las subidas disparatadas de los precios de artículos de primera necesidad, de manera que un saco de arroz, que antes de los enfrentamientos costaba 20 dólares, vale ahora entre 75 y 100 dólares, mientras que el precio de la mandioca se ha multiplicado por diez, según informa la ONU. En esta situación, la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO) está tratando de apaciguar el país con propuestas políticas que permitan la salida del presidente y la celebración de elecciones, a medio plazo. Este mismo viernes, una delegación de la CEDEAO viajó a Monrovia para entrevistarse con Taylor y hablar de su exilio, una vez lleguen a Monrovia las fuerzas de pacificación. Sin embargo, ni Taylor ni ningún otro oficial de su Gobierno acudió al aeropuerto para reunirse con la delegación, que incluye a varios ministros de los países de la CEDEAO.
En este contexto, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una resolución que permitirá el envío urgente de una fuerza internacional. Esta resolución se vio rodeada de polémica, ante la negativa de Francia, Alemania y México de apoyar uno de los puntos que introdujo Estados Unidos, según el cual, se exime a sus "cascos azules" de someterse al Tribunal Penal Internacional por sus actuaciones durante la misión de paz.
La intervención multinacional en Liberia se llevará a cabo en tres fases, una primera en la que la CEDEAO enviará 1.500 soldados a mediados de agosto, procedentes de Nigeria, Ghana, Mali y Senegal, y que tendrán una misión pacificadora, coincidiendo con la salida de Taylor del país. En la segunda fase, llegará una fuerza multinacional, liderada probablemente por Estados Unidos, para facilitar el establecimiento de un gobierno y ayudar a la población. La tercera etapa, la fuerza multinacional será relevada por una misión pacificadora bajo la bandera de la ONU, cuyo componente militar estará formado por tropas de la CEDEAO y otros países contribuyentes.
Otras de las tareas de la misión será ayudar al gobierno interino en la desmovilización y el desarme de los grupos armados, así como proporcionar seguridad a las instituciones gubernamentales.