L D (Agencias) El líder de “Cambio Cubano” anunció el jueves, por sorpresa, su decisión de fijar su residencia en Cuba, donde estuvo encarcelado 22 años por conspirar contra Fidel Castro. El mismo día se instaló en su antiguo piso del barrio habanero del Vedado, que le servirá de “base de operaciones” para iniciar su lucha por la legalización de una oposición independiente en Cuba. Según ha señalado, es consciente de que llega al país en “el momento de mayor represión de los últimos años”. No obstante, asegura que “la democratización en Cuba a mediano plazo en inevitable” y opina que el cambio debería llegar desde arriba. “El cambio nacería de la cumbre de este país. Tiene que salir del poder, porque tienen que llegar a la conclusión de que o pierden todo o pierden una parte del poder”, ha declarado.
En declaraciones a la agencia EFE , Gutiérrez Menoyo se mostró convencido de que en el Gobierno cubano hay un sector “reformista” partidario de una apertura. “Conozco los personajes de este gobierno y sé que son entes políticos; no negocian cuando no tienen que hacerlo y lo hacen cuando tiene que negociar”, ha dicho. Esa misma teoría se la aplica a Fidel Castro que, a su juicio, “es un ente político porque negocia cuando tiene que negociar y cuando no, no”. En ese sentido, dijo que “sería formidable que el propio Fidel, pudiera decir `vamos a facilitar los cambios y vamos a apoyar los cambios´. Quizá todavía (Castro) no tiene plena conciencia de que está obligado a negociar, pero puede llegar un momento que sí, y no quiero perder la fe en eso”.
El líder opositor centró, en pocas palabras, la línea que marcará a sus actividades para lograr la democracia en la isla: la negociación con la dictadura castrista. “Si quiebra este país perdemos el país, los cubanos, el Gobierno y los opositores”, por eso, subraya, “existe la posibilidad de que las cabezas pensantes decidan sentarse a negociar y buscar soluciones”. Por esta actitud de Menoyo, la disidencia interna cubana ha expresado su escepticismo tras conocer la decisión del dirigente de “Cambio Cubano” de regresar a La Habana. “Tenemos que dejar pasar los días para ver, aunque caben dos explicaciones posibles”, dijo Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional: “la primera es que Menoyo quiere hacer valer un derecho civil, lo cual es plausible, y la segunda, que va a permanecer aquí con la absoluta anuencia del máximo nivel de las autoridades de Cuba”.
En declaraciones a la agencia EFE , Gutiérrez Menoyo se mostró convencido de que en el Gobierno cubano hay un sector “reformista” partidario de una apertura. “Conozco los personajes de este gobierno y sé que son entes políticos; no negocian cuando no tienen que hacerlo y lo hacen cuando tiene que negociar”, ha dicho. Esa misma teoría se la aplica a Fidel Castro que, a su juicio, “es un ente político porque negocia cuando tiene que negociar y cuando no, no”. En ese sentido, dijo que “sería formidable que el propio Fidel, pudiera decir `vamos a facilitar los cambios y vamos a apoyar los cambios´. Quizá todavía (Castro) no tiene plena conciencia de que está obligado a negociar, pero puede llegar un momento que sí, y no quiero perder la fe en eso”.
El líder opositor centró, en pocas palabras, la línea que marcará a sus actividades para lograr la democracia en la isla: la negociación con la dictadura castrista. “Si quiebra este país perdemos el país, los cubanos, el Gobierno y los opositores”, por eso, subraya, “existe la posibilidad de que las cabezas pensantes decidan sentarse a negociar y buscar soluciones”. Por esta actitud de Menoyo, la disidencia interna cubana ha expresado su escepticismo tras conocer la decisión del dirigente de “Cambio Cubano” de regresar a La Habana. “Tenemos que dejar pasar los días para ver, aunque caben dos explicaciones posibles”, dijo Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional: “la primera es que Menoyo quiere hacer valer un derecho civil, lo cual es plausible, y la segunda, que va a permanecer aquí con la absoluta anuencia del máximo nivel de las autoridades de Cuba”.