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Los españoles gastamos cada vez menos en alimentación y más en ocio y vivienda

El aumento de la renta de las familias españolas ha cambiado sus pautas de consumo, que se acercan cada vez más a las de las sociedades más desarrolladas. Así, según un informe de Caixa Catalunya, los españoles gastamos cada vez menos en alimentación y vestido, y más en telecomunicaciones, publicaciones, ocio y vivienda.

LD (EFE) El aumento de las rentas familiares en los últimos años implica un cambio en las pautas de consumo que acercan cada vez más a la sociedad española a las sociedades europeas más desarrolladas, ya que estos incrementos se han destinado no a la compra de productos básicos, sino de algunos servicios que hasta hace poco eran considerados superfluos.

Según el Informe sobre el consumo y la economía familiar divulgado por Caixa Catalunya, entre 1990 y 2000 las familias españolas aumentaron su presupuesto para telecomunicaciones y correos un 145 por ciento, un 112 por ciento el destinado a la compra de publicaciones y libros de texto, un 95,8 por ciento el destinado a la vivienda y un 88,7 por ciento para el ocio. Sin embargo, en esta década el gasto en alimentación y bebidas no alcohólicas sólo ha aumentado un 5,5 por ciento , en vestido un 13,9 por ciento y en calzado, un 24,4 por ciento.

De este modo, mientras en 1990 los españoles destinaban el 24,2% de su presupuesto a la compra de productos de alimentación, diez años después su peso relativo ha disminuido hasta el 17,8%. Por el contrario, si en 1990 las familias españolas dedicaban un 22,1% de su presupuesto a pagar los gastos derivados de la vivienda, en el año 2000 estos gastos suponían el 30,2% del presupuesto familiar, por lo que se han convertido en los gastos más importantes en la economía doméstica.

A principios de los noventa los españoles dedicaban un 26,2% de su presupuesto a la compra de productos básicos y los alemanes destinaban un 18%, con 8,2 puntos de diferencia entre los dos países. En cambio, en el año 2000, los españoles dedicaban un 20,2% del presupuesto a la compra de productos básicos, aunque los alemanes destinaban el 15,2%, lo que representa un diferencial de 5 puntos.

Además, los aumentos de consumo han sido menos intensos en las familias con rentas más altas, ya que las familias con rentas superiores a los 1.953,30 euros mensuales solo aumentaron su consumo un 20,8% entre 1990 y el año 2000, mientras las rentas bajas y medias lo hicieron en un 42,9 por ciento, según el estudio.

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