L D (EFE) Los ciudadanos suecos decidieron honrar con su voto, en este soleado domingo, la memoria de la ministra socialdemócrata, fallecida el pasado jueves, y empezaron a acudir en buen número a los colegios electorales desde primeras horas de la mañana. Las connotaciones emotivas de la jornada no ocultan la trascendencia del referéndum, en el que los suecos deben decidir si su país se convierte en el décimo tercer Estado miembro de la euro-zona. Sin embargo, el pronóstico de la votación es incierto.
Hace apenas cuatro días, todos los sondeos y los analistas daban por segura una victoria relativamente holgada del “no” al euro. Desde el asesinato de Lindh, apuñalada por un desconocido cuando iba de compras sin escolta, nadie se atreve a dar un pronóstico claro ya que algunas encuestas de última hora detectaron un cambio de actitud de los electores después de los acontecimientos de los últimos días.
La confusión fue la tónica reinante de los últimos cuatro sondeos publicados entre el viernes y el sábado: uno le otorgó la victoria al “sí”, otro pronosticó un empate y los dos restantes auguraron sendas victorias del “no” por seis y doce puntos, aunque uno de ellos advirtió que el número de indecisos había subido al 14 por ciento.
Los partidarios del “sí” confían en que la memoria de los esfuerzos de Lindh para convencer a los ciudadanos de los beneficios de la entrada de Suecia en el Euro sirva para dar un último vuelco a una situación que parecía desesperada durante buena parte de la campaña. Especialmente importante es la actitud de los simpatizantes socialdemócratas —que en su mayoría eran reacios al euro, en contra la posición de su primer ministro, Goran Persson—. Varios sondeos de opinión detectaron un cambio de actitud en ese sector, tras el fallecimiento de una de las ministras más queridas del partido.
Hace apenas cuatro días, todos los sondeos y los analistas daban por segura una victoria relativamente holgada del “no” al euro. Desde el asesinato de Lindh, apuñalada por un desconocido cuando iba de compras sin escolta, nadie se atreve a dar un pronóstico claro ya que algunas encuestas de última hora detectaron un cambio de actitud de los electores después de los acontecimientos de los últimos días.
La confusión fue la tónica reinante de los últimos cuatro sondeos publicados entre el viernes y el sábado: uno le otorgó la victoria al “sí”, otro pronosticó un empate y los dos restantes auguraron sendas victorias del “no” por seis y doce puntos, aunque uno de ellos advirtió que el número de indecisos había subido al 14 por ciento.
Los partidarios del “sí” confían en que la memoria de los esfuerzos de Lindh para convencer a los ciudadanos de los beneficios de la entrada de Suecia en el Euro sirva para dar un último vuelco a una situación que parecía desesperada durante buena parte de la campaña. Especialmente importante es la actitud de los simpatizantes socialdemócratas —que en su mayoría eran reacios al euro, en contra la posición de su primer ministro, Goran Persson—. Varios sondeos de opinión detectaron un cambio de actitud en ese sector, tras el fallecimiento de una de las ministras más queridas del partido.