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Arkaitz Otazua, de la antiglobalización con piedras a la escopeta

Una vez más, el circuito para llegar a ETA pasa por el terrorismo callejero y la militancia en grupos antisistema. El etarra que pereció en el atentado contra dos erztainas ya había sido detenido hace tres años en Biarritz donde intentaba reventar una cumbre de la Unión Europea. Entonces llevaba piedras en su mochila. Ahora, una escopeta de cañón recortado.

L D (Agencias) Arkaitz Otazua apareció muerto en la mañana de este lunes cerca del Balcón de la Rioja. La noche anterior, ese era el lugar elegido por él y por Asier Mardondes, su compañero, para tender una emboscada mortal contra dos agentes de la Ertzaintza que acudían tras recibir un aviso por accidente de tráfico. Los dos terroristas les esperaban con escopetas de cañones recortados. Pero los agentes pudieron abrir fuego y repeler la agresión en la que resultaron heridos, uno de ellos de gravedad y en la que resultó muerto el etarra que les atacaba. El PNV, en su nota de condena del atentado, "lamenta la muerte del joven activista a quien gentes tan sobradas de odio como carentes de ética han arrastrado a una militancia rechazada por la casi totalidad de este Pueblo Vasco y contraria a sus intereses".

Las investigaciones policiales sacan a la luz una novedad en este caso. Arkaitz Otazua no tenía ficha policial en España pero sí en Francia, en concreto en Biarritz. Allí, y durante una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebró en octubre de 2000, Otazua fue detenido por la policía por enfrentarse con las fuerzas de seguridad y llevar piedras en su mochila para reventar los actos. Junto a él, fueron detenidos una veintena de independentistas, en su mayoría españoles.

Todos ellos fueron puestos en libertad ese mismo día, después de ser interrogados, pero antes las Fuerzas de Seguridad galas, siguiendo los protocolos de actuación policial habituales, preguntaron al Ministerio del Interior español por el historial de los arrestados de esta nacionalidad. Entonces no había nada contra ellos. Tres años después se reproduce el esquema de actuación de ETA: el reclutamiento de radicales entre distintos sectores de movimientos antiglobalización. Con ello se aseguran el anonimato policial de sus filas y la dificultad para hilar las investigaciones. En otras ocasiones, sobre todo en Cataluña, la cantera más accesible para ETA han sido algunos movimientos denominados “okupa” que han tardado poco en ingresar en la banda y cometer los primeros atentados. Los sucesivos grupos “Barcelona” de ETA han albergado “okupas” entre sus filas.

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