L D (EFE) Estos resultados indican que el asesinato de la ministra de Exteriores, Anna Lindh, gran defensora del euro, no ha influido suficientemente en el ánimo de los electores como para decantar el voto a favor de la moneda única. La victoria del "no" confirma la tendencia mayoritaria que reflejaron todos los sondeos de los últimos meses, en los que los detractores de la moneda única tuvieron siempre una considerable ventaja sobre el "sí". El índice de participación ha superado el 80 por ciento de los más de siete millones de electores.
En los últimos días, se había apuntado a un empate o incluso a una victoria del sí, por el posible impacto en el voto de los suecos del asesinato de Anna Lindh, ferviente defensora de la incorporación a la zona euro y una de los políticos más populares del país. Pero los sondeos realizados a pie de urna parecen indicar que la trágica muerte de la ministra, apuñalada en unos grandes almacenes el pasado miércoles, no influyó suficientemente en el ánimo de los siete millones de electores como para decantar el voto en favor de la moneda única.
Los partidarios del "no" habían hecho campaña con el argumento de que integrándose a la zona euro Suecia perdería autonomía y su sistema social se resentiría. El primer ministro, el socialdemócrata Goran Persson, y las principales formaciones políticas suecas habían pedido el sí a la incorporación a la euro-zona.
En los últimos días, se había apuntado a un empate o incluso a una victoria del sí, por el posible impacto en el voto de los suecos del asesinato de Anna Lindh, ferviente defensora de la incorporación a la zona euro y una de los políticos más populares del país. Pero los sondeos realizados a pie de urna parecen indicar que la trágica muerte de la ministra, apuñalada en unos grandes almacenes el pasado miércoles, no influyó suficientemente en el ánimo de los siete millones de electores como para decantar el voto en favor de la moneda única.
Los partidarios del "no" habían hecho campaña con el argumento de que integrándose a la zona euro Suecia perdería autonomía y su sistema social se resentiría. El primer ministro, el socialdemócrata Goran Persson, y las principales formaciones políticas suecas habían pedido el sí a la incorporación a la euro-zona.