L D (Agencias) La ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha intervenido en unas jornadas organizadas en Madrid por el Grupo Popular Europeo. A su término, hizo unas declaraciones a la prensa en la que fue preguntada sobre la postura española respecto a la crisis en Oriente Próximo y, en concreto, sobre la oposición de España a la decisión tomada por Israel para deportar al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yaser Arafat.
Este martes por la noche, España votó a favor de una resolución, propuesta por Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, que criticaba a Israel por decidir la deportación de Arafat y se oponía a que el Gobierno de Ariel Sharon tome esa medida. Sin embargo, la resolución finalmente no resultó aprobada porque Estados Unidos hizo uso de su derecho a veto. En este sentido, Ana Palacio ha dicho que se pondrá en contacto con EEUU “para conocer las razones” de su veto.
España votó a favor
Aunque la ministra española de Exteriores prefirió no aventurar una interpretación sobre los motivos de Estados Unidos para vetar esta propuesta de resolución, sí aprovechó la circunstancia para destacar que el hecho de que la propuesta de resolución haya recibido el voto favorable de España y Francia y la abstención de Alemania, el Reino Unido y Bulgaria es una “buena muestra” de que la política exterior española “unas veces coincide con unos países y otras con otros”.
El Gobierno de Israel anunció hace una semana su decisión sobre la deportación de Arafat pero, sin embargo, no dijo cómo ni cuándo iba a hacer efectiva esta medida, que se ha interpretado como un argumento político para aumentar la presión sobre el líder de la ANP. En concreto, el gobierno israelí resolvió que “Arafat es un obstáculo para todo proceso de reconciliación entre israelíes y palestinos” y, por lo tanto, “Israel actuará para que ese obstáculo desaparezca de la forma y en un tiempo que determinará más adelante”.
Ilegalizar a Hamas, un “momento difícil”
Los argumentos del Gobierno israelí son muy claros: el presidente de la Autoridad Nacional Palestina es el principal responsable de que el terrorismo palestino siga atentando contra Israel, al impedir que sean desmanteladas las organizaciones criminales. Incluso el propio partido político de Arafat, al-Fatah, tiene su brazo terrorista: “las brigadas de los mártires de Al-Aqsa”, que está incluido en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea en una decisión que sí contó con el apoyo de España.
Sin embargo, para la ministra española de Exteriores, Arafat “debe formar parte de la solución”. En una rueda de prensa de Ana Palacio el pasado día 15, la ministra también que, en este conflicto, la UE actúa “con una sola voz”, a pesar de lo que consideró “momentos difíciles”, como la reciente inclusión del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en la lista de organizaciones terroristas de la UE, “que España ha apoyado”, aunque la ministra no explicó por qué la dicha medida fue un “momento difícil”.
El embajador estadounidense en la ONU, John Negroponte, justificó su voto contrario a la resolución contra la deportación de Arafat al asegurar que el texto no recogía explícitamente la condena a los actos de terrorismo cometidos por grupos armados palestinos como Hamas. Siria, que fue el país que propuso la resolución, está incluido en la lista estadounidense de países que apoyan a grupos terroristas, ya que da cobijo a muchos de sus líderes y financia a organizaciones como Hamas y al resto de grupos terroristas que actúan contra Israel.
Este martes por la noche, España votó a favor de una resolución, propuesta por Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, que criticaba a Israel por decidir la deportación de Arafat y se oponía a que el Gobierno de Ariel Sharon tome esa medida. Sin embargo, la resolución finalmente no resultó aprobada porque Estados Unidos hizo uso de su derecho a veto. En este sentido, Ana Palacio ha dicho que se pondrá en contacto con EEUU “para conocer las razones” de su veto.
España votó a favor
Aunque la ministra española de Exteriores prefirió no aventurar una interpretación sobre los motivos de Estados Unidos para vetar esta propuesta de resolución, sí aprovechó la circunstancia para destacar que el hecho de que la propuesta de resolución haya recibido el voto favorable de España y Francia y la abstención de Alemania, el Reino Unido y Bulgaria es una “buena muestra” de que la política exterior española “unas veces coincide con unos países y otras con otros”.
El Gobierno de Israel anunció hace una semana su decisión sobre la deportación de Arafat pero, sin embargo, no dijo cómo ni cuándo iba a hacer efectiva esta medida, que se ha interpretado como un argumento político para aumentar la presión sobre el líder de la ANP. En concreto, el gobierno israelí resolvió que “Arafat es un obstáculo para todo proceso de reconciliación entre israelíes y palestinos” y, por lo tanto, “Israel actuará para que ese obstáculo desaparezca de la forma y en un tiempo que determinará más adelante”.
Ilegalizar a Hamas, un “momento difícil”
Los argumentos del Gobierno israelí son muy claros: el presidente de la Autoridad Nacional Palestina es el principal responsable de que el terrorismo palestino siga atentando contra Israel, al impedir que sean desmanteladas las organizaciones criminales. Incluso el propio partido político de Arafat, al-Fatah, tiene su brazo terrorista: “las brigadas de los mártires de Al-Aqsa”, que está incluido en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea en una decisión que sí contó con el apoyo de España.
Sin embargo, para la ministra española de Exteriores, Arafat “debe formar parte de la solución”. En una rueda de prensa de Ana Palacio el pasado día 15, la ministra también que, en este conflicto, la UE actúa “con una sola voz”, a pesar de lo que consideró “momentos difíciles”, como la reciente inclusión del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) en la lista de organizaciones terroristas de la UE, “que España ha apoyado”, aunque la ministra no explicó por qué la dicha medida fue un “momento difícil”.
El embajador estadounidense en la ONU, John Negroponte, justificó su voto contrario a la resolución contra la deportación de Arafat al asegurar que el texto no recogía explícitamente la condena a los actos de terrorismo cometidos por grupos armados palestinos como Hamas. Siria, que fue el país que propuso la resolución, está incluido en la lista estadounidense de países que apoyan a grupos terroristas, ya que da cobijo a muchos de sus líderes y financia a organizaciones como Hamas y al resto de grupos terroristas que actúan contra Israel.