L D (EFE) Los Quince aprobaron el documento que autoriza la apertura de la CIG, tal y como hiciera el pasado 17 de septiembre la Comisión Europea y una semana después el pleno del Parlamento Europeo, en conformidad con el Tratado de la UE.
Los ministros de Exteriores también alcanzaron "un consenso" sobre la participación de la Eurocámara en la CIG, que será de dos europarlamentarios -en calidad de observadores- en las sesiones ministeriales y del presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, en las reuniones a nivel de jefes de Estado o de gobierno. Los ministros puntualizaron que la invitación de Cox no debe constituir un precedente para otras eventuales reuniones en la cumbre de la UE, según fuentes diplomáticas.
Polonia, Holanda y la República Checa habían reclamado a sus socios comunitarios que fueran tres los europarlamentarios presentes en la CIG, para que uno de ellos representara a un país en proceso de adhesión a la UE. Sin embargo, Reino Unido se opuso a esta propuesta, ante el peligro de que "crezca cada vez más la representación parlamentaria".
Los ministros no hablaron de la agenda ni el contenido de los debates de la CIG, a petición del presidente de turno del Consejo de Ministros de la UE, el italiano Franco Frattini. Frattini recalcó que aquellos países de la UE que quieran modificar el proyecto de Constitución aprobado por la Convención en junio pasado "deben tener por objetivo lograr una solución y no impedirla", informaron fuentes del Consejo de Ministros. La presidencia italiana quiere que los Quince reabran el menor número posible de capítulos de los ya acordados en la Convención.
España volvió a insistir en que la Convención no representa un consenso que hay que respetar, sino que hay que construir a partir de ahora un consenso, de acuerdo con fuentes diplomáticas. Fuera de la reunión, los socios comunitarios reiteraron sus diferencias sobre los trabajos de la CIG. Los países escandinavos recalcaron que la agenda de los trabajos propuesta por la presidencia italiana no es realista, mientras que otros, sobre todo los pequeños, pidieron reformar varios puntos esenciales del proyecto de Constitución presentado por la Convención. Polonia y España, por su parte, exigen que se mantenga el sistema de votos en el Consejo de Ministros acordado en la cumbre de Niza, en diciembre de 2000.
Los ministros de Exteriores también alcanzaron "un consenso" sobre la participación de la Eurocámara en la CIG, que será de dos europarlamentarios -en calidad de observadores- en las sesiones ministeriales y del presidente del Parlamento Europeo, Pat Cox, en las reuniones a nivel de jefes de Estado o de gobierno. Los ministros puntualizaron que la invitación de Cox no debe constituir un precedente para otras eventuales reuniones en la cumbre de la UE, según fuentes diplomáticas.
Polonia, Holanda y la República Checa habían reclamado a sus socios comunitarios que fueran tres los europarlamentarios presentes en la CIG, para que uno de ellos representara a un país en proceso de adhesión a la UE. Sin embargo, Reino Unido se opuso a esta propuesta, ante el peligro de que "crezca cada vez más la representación parlamentaria".
Los ministros no hablaron de la agenda ni el contenido de los debates de la CIG, a petición del presidente de turno del Consejo de Ministros de la UE, el italiano Franco Frattini. Frattini recalcó que aquellos países de la UE que quieran modificar el proyecto de Constitución aprobado por la Convención en junio pasado "deben tener por objetivo lograr una solución y no impedirla", informaron fuentes del Consejo de Ministros. La presidencia italiana quiere que los Quince reabran el menor número posible de capítulos de los ya acordados en la Convención.
España volvió a insistir en que la Convención no representa un consenso que hay que respetar, sino que hay que construir a partir de ahora un consenso, de acuerdo con fuentes diplomáticas. Fuera de la reunión, los socios comunitarios reiteraron sus diferencias sobre los trabajos de la CIG. Los países escandinavos recalcaron que la agenda de los trabajos propuesta por la presidencia italiana no es realista, mientras que otros, sobre todo los pequeños, pidieron reformar varios puntos esenciales del proyecto de Constitución presentado por la Convención. Polonia y España, por su parte, exigen que se mantenga el sistema de votos en el Consejo de Ministros acordado en la cumbre de Niza, en diciembre de 2000.