LD (EFE) Duisenberg, de 68 años, presidió la que será la última reunión del consejo de Gobierno del BCE bajo su mandato, celebrada en el Centro Cultura del Belém, en Lisboa, uno de los dos encuentros anuales que celebra este directorio en un país comunitario y fuera de su sede de Fráncfort. El economista, que también ofreció su última rueda de prensa como máxima autoridad del BCE -el 1 de noviembre pasa el testigo al francés Jean-Claude Trichet-, destacó que hay signos para confiar en un crecimiento económico en la zona euro.
Aunque se mostró reticente a la hora de señalar una cifra concreta, Duisenberg predijo que el crecimiento para la eurozona puede situarse el año próximo en torno a la tasa potencial de crecimiento, entre el 2 y 2,5 por ciento. El todavía presidente del BCE insistió en que los tipos de interés son adecuados para la actual coyuntura económica -el 2 por ciento en la zona euro-, y mostró su confianza en que la decisión de mantener el precio del dinero favorecerá la iniciativa empresarial.
En cuanto a la inflación , que se situó en el 2,1 por ciento el pasado septiembre, manifestó que podría mantenerse por debajo del 2 por ciento. Sin embargo, Duisenberg insistió en que esta expectativa se basa en el contexto de una evolución salarial moderada y una evolución favorable del crecimiento de la eurozona. El holandés señaló que el análisis económico general confirma una expectativa de que las presiones sobre los precios permanecerán contenidas en los próximos años, "en el contexto de una recuperación gradual y una evolución moderada de los salarios y los precios de las importaciones", destacó.
En relación con el déficit público de varios Estados de la zona euro, Duisenberg mostró su preocupación y dijo que, en su opinión, todos deben cumplir los niveles impuestos por Bruselas , que marcan que no pude superarse un déficit del 3 por ciento en el Producto Interior Bruto (PIB). También aclaró que apoya la labor del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, sobre una posible relajación en la exigencia de cumplimiento del déficit público francés. Pero volvió a insistir en que todos los Estados deben atenerse a las normas de Bruselas.
Aunque se mostró reticente a la hora de señalar una cifra concreta, Duisenberg predijo que el crecimiento para la eurozona puede situarse el año próximo en torno a la tasa potencial de crecimiento, entre el 2 y 2,5 por ciento. El todavía presidente del BCE insistió en que los tipos de interés son adecuados para la actual coyuntura económica -el 2 por ciento en la zona euro-, y mostró su confianza en que la decisión de mantener el precio del dinero favorecerá la iniciativa empresarial.
En cuanto a la inflación , que se situó en el 2,1 por ciento el pasado septiembre, manifestó que podría mantenerse por debajo del 2 por ciento. Sin embargo, Duisenberg insistió en que esta expectativa se basa en el contexto de una evolución salarial moderada y una evolución favorable del crecimiento de la eurozona. El holandés señaló que el análisis económico general confirma una expectativa de que las presiones sobre los precios permanecerán contenidas en los próximos años, "en el contexto de una recuperación gradual y una evolución moderada de los salarios y los precios de las importaciones", destacó.
En relación con el déficit público de varios Estados de la zona euro, Duisenberg mostró su preocupación y dijo que, en su opinión, todos deben cumplir los niveles impuestos por Bruselas , que marcan que no pude superarse un déficit del 3 por ciento en el Producto Interior Bruto (PIB). También aclaró que apoya la labor del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pedro Solbes, sobre una posible relajación en la exigencia de cumplimiento del déficit público francés. Pero volvió a insistir en que todos los Estados deben atenerse a las normas de Bruselas.