(Libertad Digital) No faltan acontecimientos festivos para conmemorar algo que parece quedarse en una simple fecha, el 25 aniversario de la Constitución española. Pero detrás de los fastos que se han preparado, la oposición sólo quiere debatir la reforma del texto pese a que sería, como alertó el presidente del Gobierno, José María Aznar, allanar el camino a uno de sus principales enemigo, el separatismo de Ibarretxe. Cuando se reeditó la declaración de Gredos, hace unos días, los llamados padres de la Constitución reclamaron un consenso como el de 1978 para abordar reformas. Pero poco a poco, se convirtió en corriente rupturista y muchos se refirieron como referencia a las declaraciones de Manuel Fraga que abogó por acumular reformas en espera de que "el juego político" permitiera hacerlas efectivas. El presidente de la Xunta se refería al terrorismo. El PP salió al paso de las peticiones de reforma cerrando filas en torno a la plena vigencia de la Carta Magna y, Aznar en especial, destacando lo inoportuno de su reforma.
Este martes, Jaime Mayor Oreja también ha sido claro al respecto. El presidente del Grupo Popular en el Parlamento Vasco, consideró que "cuando hay una ofensiva nacionalista es un disparate plantear una reforma" de la Constitución o los estatutos, y defendió la estabilidad institucional como antídoto frente a desafíos al Estado de Derecho. En declaraciones a los periodistas antes de pronunciar la conferencia "Visión actual de España" en el colegio de los Maristas de Toledo, con motivo de su centenario, Mayor Oreja afirmó que "si los españoles entendemos esta ofensiva nacionalista será una gran oportunidad para la historia de España el saber detenerla". Además, opinó que una eventual reforma del Estado de las Autonomías sería "un error de libro" y "el peor antídoto que podemos ofrecer los constitucionalistas en estos momentos en España", aunque matizó que estas propuestas le merecen "un juicio distinto" que el Plan Ibarretxe.
Sin embargo, los grupos de la oposición siguen empeñados en celebrar el 25 aniversario de la Constitución abriendo el debate sobre su reforma y el PP sólo parece preocupado por que ese debate se aborde el día 6 de diciembre y en presencia de los Reyes porque sería "romper la tradición". Es decir, que después del homenaje central del día 6, habría vía libre para el debate.
Este martes, según informa la agencia EFE, los portavoces de todos los grupos han celebrado un almuerzo con la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, para concretar el programa de conmemoración de la Carta Magna de 1978, cuyo acto principal será la celebración de un pleno extraordinario en la Cámara Baja el 6 de diciembre que presidirán los Reyes. La oposición ha propuesto que entre los actos de celebración se incluya un debate sobre la reforma de la Constitución. El PP no descartó la idea, siempre que se celebre después del día 6 de diciembre.
El portavoz del PP, Luis de Grandes , explicó a los periodistas en los pasillos de la Cámara que debatir la posible reforma de la Constitución coincidiendo con la presencia de la Familia Real "no tiene sentido". Alegó que ese día el protagonismo ha de recaer en los Reyes y en la presidenta del Congreso, que serán quienes tomen la palabra en el pleno, y añadió que celebrar la Constitución de otro modo sería "romper la tradición" y "abrir una espita" que dejara escapar los distintos planteamientos de cada grupo.
El portavoz de CiU, Xavier Trias , se mostró partidario de que se celebre un debate, pero comprendió que dé "un cierto miedo" y se "prefiera hacer la celebración recordando la importancia de la Constitución que nosotros, como grupo, no se la quitamos en ningún momento". Trias abogó por hacer más adelante "una discusión para ver cuál ha de ser el futuro de esta Constitución", debate que no debería provocar "un ataque de nervios a todo el mundo", y menos desde que el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, no descartara "cambiar la Constitución".
Desde IU, Felipe Alcaraz también coincidió en la necesidad de que se celebre dicho debate, ya que serviría para que se vieran las distintas posturas de los grupos frente a la Constitución y no sólo la del Gobierno, para quien la Carta Magna es "intocable", según dijo. Alcaraz lamentó el escaso protagonismo del Parlamento en la celebración del aniversario de la Constitución en comparación con el papel "dominante" del Ejecutivo, y se quejó también de que el PP haya rechazado homenajear a las "víctimas del franquismo" en el marco del programa, acto que IU propondrá celebrar con los grupos que estén de acuerdo fuera de estas fechas.
En este sentido, De Grandes –que explicó que el PP no se opone a este reconocimiento– opinó que es un homenaje que "no tiene sentido" en esta celebración, que lo que busca es "el común denominador y el elogio de la Constitución", ya que "no sabemos a quién se traería aquí" y porque, además, alguien podría preguntarse por qué se reconoce a unas víctimas y no a otras.
El homenaje material a la Constitución, sobre ruedas
Fuera de la importancia política, lo que sí está previsto es celebrar por todo lo alto el 25 aniversario. El calendario incluye un concierto en el Teatro Real en el que Jesús López Cobos dirigirá el Fidelio de Beethoven y una obra de Tomás Marco encargada ex profeso para el acontecimiento. Además se acuñará una medalla conmemorativa diseñada por el escultor Francisco López y se editarán réplicas de la edición de la Carta Magna de 1978.
Habrá también una edición infantil del texto, una página web exclusiva y una exposición con fondos propios del Congreso. No faltarán conferencias y charlas sobre la importancia de un texto que todos parecen querer reformar.
Este martes, Jaime Mayor Oreja también ha sido claro al respecto. El presidente del Grupo Popular en el Parlamento Vasco, consideró que "cuando hay una ofensiva nacionalista es un disparate plantear una reforma" de la Constitución o los estatutos, y defendió la estabilidad institucional como antídoto frente a desafíos al Estado de Derecho. En declaraciones a los periodistas antes de pronunciar la conferencia "Visión actual de España" en el colegio de los Maristas de Toledo, con motivo de su centenario, Mayor Oreja afirmó que "si los españoles entendemos esta ofensiva nacionalista será una gran oportunidad para la historia de España el saber detenerla". Además, opinó que una eventual reforma del Estado de las Autonomías sería "un error de libro" y "el peor antídoto que podemos ofrecer los constitucionalistas en estos momentos en España", aunque matizó que estas propuestas le merecen "un juicio distinto" que el Plan Ibarretxe.
Sin embargo, los grupos de la oposición siguen empeñados en celebrar el 25 aniversario de la Constitución abriendo el debate sobre su reforma y el PP sólo parece preocupado por que ese debate se aborde el día 6 de diciembre y en presencia de los Reyes porque sería "romper la tradición". Es decir, que después del homenaje central del día 6, habría vía libre para el debate.
Este martes, según informa la agencia EFE, los portavoces de todos los grupos han celebrado un almuerzo con la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, para concretar el programa de conmemoración de la Carta Magna de 1978, cuyo acto principal será la celebración de un pleno extraordinario en la Cámara Baja el 6 de diciembre que presidirán los Reyes. La oposición ha propuesto que entre los actos de celebración se incluya un debate sobre la reforma de la Constitución. El PP no descartó la idea, siempre que se celebre después del día 6 de diciembre.
El portavoz del PP, Luis de Grandes , explicó a los periodistas en los pasillos de la Cámara que debatir la posible reforma de la Constitución coincidiendo con la presencia de la Familia Real "no tiene sentido". Alegó que ese día el protagonismo ha de recaer en los Reyes y en la presidenta del Congreso, que serán quienes tomen la palabra en el pleno, y añadió que celebrar la Constitución de otro modo sería "romper la tradición" y "abrir una espita" que dejara escapar los distintos planteamientos de cada grupo.
El portavoz de CiU, Xavier Trias , se mostró partidario de que se celebre un debate, pero comprendió que dé "un cierto miedo" y se "prefiera hacer la celebración recordando la importancia de la Constitución que nosotros, como grupo, no se la quitamos en ningún momento". Trias abogó por hacer más adelante "una discusión para ver cuál ha de ser el futuro de esta Constitución", debate que no debería provocar "un ataque de nervios a todo el mundo", y menos desde que el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, no descartara "cambiar la Constitución".
Desde IU, Felipe Alcaraz también coincidió en la necesidad de que se celebre dicho debate, ya que serviría para que se vieran las distintas posturas de los grupos frente a la Constitución y no sólo la del Gobierno, para quien la Carta Magna es "intocable", según dijo. Alcaraz lamentó el escaso protagonismo del Parlamento en la celebración del aniversario de la Constitución en comparación con el papel "dominante" del Ejecutivo, y se quejó también de que el PP haya rechazado homenajear a las "víctimas del franquismo" en el marco del programa, acto que IU propondrá celebrar con los grupos que estén de acuerdo fuera de estas fechas.
En este sentido, De Grandes –que explicó que el PP no se opone a este reconocimiento– opinó que es un homenaje que "no tiene sentido" en esta celebración, que lo que busca es "el común denominador y el elogio de la Constitución", ya que "no sabemos a quién se traería aquí" y porque, además, alguien podría preguntarse por qué se reconoce a unas víctimas y no a otras.
El homenaje material a la Constitución, sobre ruedas
Fuera de la importancia política, lo que sí está previsto es celebrar por todo lo alto el 25 aniversario. El calendario incluye un concierto en el Teatro Real en el que Jesús López Cobos dirigirá el Fidelio de Beethoven y una obra de Tomás Marco encargada ex profeso para el acontecimiento. Además se acuñará una medalla conmemorativa diseñada por el escultor Francisco López y se editarán réplicas de la edición de la Carta Magna de 1978.
Habrá también una edición infantil del texto, una página web exclusiva y una exposición con fondos propios del Congreso. No faltarán conferencias y charlas sobre la importancia de un texto que todos parecen querer reformar.