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El sindicalista Felipe Quispe se declara por la "autodeterminación como nación indígena" de Bolivia

El dirigente sindical de los campesinos bolivianos, Felipe Quispe, uno de los cabecillas de la llamada "guerra del gas", pretende mantener su movilización contra el nuevo Gobierno y pide la "autodeterminación" de Bolivia "como nación indígena". Enemigo jurado de Evo Morales, el otro cabecilla de la crisis y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), afirma que es un "fascista" que está muy cerca del "neoliberalismo".

L D (Agencias) La reciente "guerra del gas", que provocó en Bolivia la dimisión del presidente, Gonzalo Sánchez de Lozada, y el ascenso a la presidencia de Carlos Mesa, tuvo dos cabecillas, Felipe Quispe y Evo Morales, enemigos jurados entre sí.

Una vez nombrado un nuevo Gobierno en Bolivia, la ciudadanía parece volver a sus quehaceres, aunque Felipe Quispe, que es dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), afirma que mantendrán sus movilizaciones y es posible que no permitan al presidente Carlos Mesa llegar al mes de abril como Jefe de Estado. Por su parte, Evo Morales, líder del Movimiento al Socialismo (MAS) y cabecilla de los productores de coca, afirmó recientemente que prefería darle un plazo razonable a Mesa y llamó a la desmovilización de sus partidarios.

Pero ese paro en las manifestaciones promovido por Evo Morales ha llevado a Quispe a hacer unas declaraciones al diario La Nación en las que afirma que "Morales tiene una ideología fascista. El está muy cerca del neoliberalismo". Según Quispe, Morales "está de acuerdo con todo lo que ha propuesto" el nuevo presidente de Bolivia, Carlos Mesa. "Cree (Evo Morales) que ya está en el gobierno, pero nosotros no buscamos la refundación de Bolivia, como quiere Mesa. Buscamos la autodeterminación como nación indígena ", ha dicho el dirigente campesino.

Carlos Mesa, hasta el viernes pasado vicepresidente de Bolivia, fue investido como jefe de Estado tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada, que había asumido el poder el 6 de agosto de 2002. El relevo presidencial se produjo después de un mes de protestas en todo el país, que causaron más de setenta muertos y que estuvieron fomentadas, por separado, por las agrupaciones de Quispe y de Morales, además de otras grupos sindicales y sociales. Tras asumir la presidencia de Bolivia, Mesa dijo que promovería la "refundación" de Bolivia convocando una Asamblea Constituyente que redactaría una nueva Constitución. Esta cuestión era una de las exigencias planteadas por Evo Morales para desmovilizar a sus partidarios. Su objetivo es que Bolivia se convierta en una República similar a la Venezuela de Hugo Chávez.

Los indígenas no se oponen a la exportación de gas

Uno de los detonantes de las protestas sociales fue un proyecto para exportar gas a Estados Unidos y México y la posibilidad de que los embarques pudieran salir por un puerto de Chile, país con el que Bolivia tiene rivalidades originadas en el siglo XIX. Sobre este tema, Felipe Quispe ha dicho que los indígenas bolivianos no tienen problemas con Chile y que es la elite la que ha enseñado al pueblo a odiar a su vecino. "La elite nos ha enseñado a gritar Muera Chile", ha subrayado, para recordar el conflicto bélico que protagonizaron los dos países en 1879, con Perú aliado a Bolivia, y que representó para los bolivianos la pérdida de su acceso al Pacífico.

Para Quispe, la animadversión de Bolivia contra Chile no tiene mayor significación para los indígenas bolivianos, pues "la guerra del Pacífico la han causado los mismos militares bolivianos". "Siempre han perdido, con Chile, Brasil, Paraguay (...) siempre van a perder, estratégicamente no son buenos. Pero los indígenas no hemos perdido nada", ha dicho Quispe. "Tenemos indígenas en el norte chileno y con ellos nos llevamos bien. El aimara no tiene fronteras, así que no tenemos ningún problema con Chile, no tenemos por qué mirarlos con ira", ha afirmado.

Para el dirigente sindicalista de los indígenas bolivianos –que a fines de los 80 se alzó en armas al frente del "Ejército guerrillero Tupac Katari", lo que le costó varios años de cárcel– el gas natural debe ser industrializado en Bolivia y "luego ya lo venderemos a cualquier país, no habría ningún problema", concluyó.

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