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El Papa amplía el colegio de cardenales del que puede salir su sucesor

Enfermo y sacando fuerzas de flaqueza, Juan Pablo II celebró este martes su noveno consistorio, en el que entregó el capelo cardenalicio a 30 nuevos purpurados y mantuvo en secreto el nombre de otro, lo que dio vida al Colegio cardenalicio más numeroso de la historia, del que puede salir su sucesor. Entre los nuevos cardenales figuran dos españoles, el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, y el pesidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos, Julián Herranz.

L D (EFE) Por primera vez, Juan Pablo II no impuso el capelo cardenalicio a los purpurados, que es uno de los gestos más importante de la creación del cardenal, sino que se los entregó y ellos mismos se lo colocaron. El Obispo de Roma les entregó asimismo el pergamino de creación como cardenales y la asignación de una iglesia de la Ciudad Eterna, como es tradición.

El pequeño cambio de ritual se decidió para no fatigar demasiado al anciano Papa, de 83 años, que este martes tampoco leyó párrafo alguno de la homilía, la segunda vez que ocurre en sus 25 años de Pontificado, que se cumplieron el pasado día 16. Al igual que el último domingo, cuando beatificó a la Madre Teresa de Calcuta, y debido a sus cada vez mayores problemas para hablar, la homilía fue leída en su totalidad por el "número tres" del Vaticano, el arzobispo argentino Leonardo Sandri.

No obstante, Juan Pablo II, al que en algunos momentos se vio sonreír, pronunció en latín la fórmula de creación de los cardenales. El nombre de los mismos fue leído por el cardenal secretario de Estado ("número dos" del Vaticano), Angelo Sodano.

Dos nuevos cardenales españoles

El pontífice destacó que los nuevos cardenales provienen de los cinco continentes (de 17 países), de diferentes razas y culturas, y que resaltan la unidad de toda la grey de Cristo con la Cátedra del Obispo de Roma. Los españoles son Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, y Julián Herranz, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos.

De los nuevos cargos eclesiásticos, 26 tienen menos de 80 años, por lo que pueden votar en un futuro cónclave, ya que según la normativa vaticana fijada por Pablo VI, y mantenida por Juan Pablo II, sólo pueden participar en esa junta los cardenales menores de esa edad. Desde este martes el Colegio Cardenalicio, el llamado "club más selecto del mundo", pasa a ser el más numeroso de la historia de la Iglesia, con 194 miembros, de los que 135 pueden elegir al sucesor de Juan Pablo II por ser menores de 80 años.

Un total de 59 octogenarios no podrán acceder a la Capilla Sixtina, donde tradicionalmente se elige al Sucesor de Pedro. Pero aunque no voten si pueden ser elegidos Papa. Aunque la normativa fija en 120 el número máximo de cardenales electores, Juan Pablo II la ha derogado temporalmente al rebasarla por segunda vez en 15. De todos modos, el número de los 135 electores descenderá en los próximos meses, ya que son al menos una decena los que superarán los 80 años pronto.

De los 135 cardenales electores, 130 han sido nombrados por Juan Pablo II y los otros cinco por Pablo VI, por lo que en ambientes vaticanos se asegura que el futuro Pontífice será un hombre de la "línea" del actual Obispo de Roma.

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