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INFORME: Los centros de menores, cárceles abiertas para delitos mayores

Asesinatos como el de Sandra Palo hubieran supuesto duras penas de cárcel si el delito fuera achacable a un mayor de edad. Con la Ley del Menor, los autores del terrible crimen de Leganés ingresarán en unos reformatorios que ni siquiera garantizan su aislamiento del resto de la sociedad. En este informe, elaborado por Libertad Digital partiendo de noticias publicadas en medios de comunicación, se muestran algunos ejemplos del mal funcionamiento de los reformatorios.

(Libertad Digital) Uno de los tres menores que decidió ensañarse con la joven de Getafe hasta asesinarla –Francisco Javier A.L., que ahora tiene 18 años– disfrutaba de un permiso concedido por su centro de internamiento en Valladolid. En demasiadas ocasiones, los menores que se dedican a la delincuencia se fugan de los centros como los que acogerán ahora a los asesinos de Sandra. Pese a que muchos de ellos no tardan en ser encontrados y devueltos al centro (como ocurrió con el "asesino de la catana") en sus escapadas siguen cometiendo delitos y agresiones.

Un vistazo somero a algunos episodios de fugas y quebrantamiento de permisos de fin de semana ocurridos en distintos centros de España desde el año 2000 añade argumentos a la necesidad de reformar la Ley del Menor. Son sólo algunos ejemplos.



ANDALUCÍA: Operación fuga y reincidencia.
Centros: Las Lagunillas, Los Alcores y La Jara


En agosto de 2001, en el Centro sevillano La Jara (Alcalá de Guadaira), cuatro menores amenazaron a un educador con un punzón y desaparecieron. Dos de ellos estaban internados por delitos de sangre, el resto por robos con violencia, atracos a gasolineras e intimidaciones con pistolas y navajas.

Tres meses después, en el Centro Las Lagunillas de Jaén, dos menores apodados "el huevo" y "el pimiento" se dieron a la fuga. Su objetivo era sacar a unos cuantos compañeros de otro reformatorio, el de Los Alcores en Sevilla . A las dos de la madrugada del 20 de noviembre, encapuchados y armados con una pistola y una escopeta de caza, intimidaron a los vigilantes, les quitaron todas las llaves y 18 de los 23 reclusos salieron a la calle usando para la fuga los vehículos de los propios educadores. Entre los menores fugados estaba Samuel S.R., entonces con 17 años de edad y condenado por el "crimen de la movida" de Jaén en el que un joven fue asesinado de 33 puñaladas. La directora general de Reforma Juvenil de la Junta de Andalucía admitió que en el centro Los Alcores "faltaban medidas de seguridad", necesarias para aplicar la Ley del Menor, entre otras, cámaras de televisión. Uno de los menores de "Las Lagunillas" que diseñó la operación fue detenido a principios de febrero de 2002. Pasadas unas semanas, el 21 de febrero, volvió a fugarse pese a que se le había sometido a un mayor control.

El 4 de mayo de 2003 otros siete menores se vuelven a fugar en el centro Los Alcores. Esta vez, le cuesta el puesto al director, cesado por la Junta de Andalucía ya que ni siquiera estaba presente cuando se marcharon los delincuentes y porque la fuga se comunicó con cuatro horas de retraso. Pese a que no tardaron en ser detenidos, durante su escapada tres de los cuatro menores cometieron delitos: M.L.G., de 15 años, disparó hasta tres veces contra una mujer a la que estaba atracando hiriéndola de gravedad. Había sido detenido antes hasta en 22 ocasiones. Otro, M.A.C., de la misma edad, cometió un robo con violencia e intimidación. El tercero, F.J.M., de 16 años, cometió durante la escapada un robo con violencia y provocó lesiones a uno de los agentes que le perseguía. El cuarto, D.C.P., de 16 años, se entregó voluntariamente al día siguiente de la huída para evitar problemas.



MADRID: 70 fugas en medio año.
Centros: El Pinar y Centro El Madroño


En la Comunidad de Madrid ni siquiera hay sitio para ingresar a los delincuentes menores de edad condenados a régimen cerrado. Según distintos estudios, hay 97 plazas pese a que son más de 300 los menores que requieren ese tipo de internamiento. El problema es que el resto se reparten en otros centros que no garantizan la seguridad –como el centro Los Álamos, dedicado a la rehabilitación de adolescentes toxicómanos– o simplemente, se quedan en espera de plaza . En 2003, hasta 70 menores delincuentes se han fugado de sus centros de internamiento o no ha regresado tras un permiso.

En el centro El Pinar, situado en la carretera de Colmenar Viejo, la Fiscalía de Menores tuvo que solicitar un informe por varios episodios de fugas de menores en régimen cerrado. En marzo de 2001, dos delincuentes marroquíes de 15 y 17 años burlaron todas las medidas de seguridad y se escaparon sin más. Hubo que dictar una orden de búsqueda a nivel nacional. En El Pinar y El Madroño eran habituales los motines protagonizados por menores internados y en ocasiones ha sido necesaria la presencia de los bomberos para sofocar incendios de colchones y otros destrozos.



COMUNIDAD DE VALENCIA. 50 fugas y otras tantas violaciones de permisos.
Centros: La Villa de Villena y Els Reiets (Alicante). Centro San Vicente Ferrer (Valencia)


La Comunidad de Valencia no escapa a la escandalosa estadística. En la provincia de Alicante ya se pueden contar unas 50 fugas de menores en lo que va de año. Los internos no son simples ladrones o timadores. Hay unos cuantos menores condenados por delitos de sangre. Ejemplos: un mendigo apaleado hasta la muerte, una vendedora de cupones muerta por una caída tras un robo por el método del tirón o una niña de 15 años que acuchilló a su amiga en medio de una discusión por un pendiente). El asesinato frustrado también figura en numerosos expedientes de estos inquilinos.

Según informes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 2002 se fugaron de los centros de La Villa de Villena y Els Reiets, 43 menores. Lo más habitual es aprovechar permisos de fin de semana (los de régimen abierto) o visitas al médico. En el centro San Vicente Ferrer, ya en la provincia de Valencia, 2002 arrojó la cifra de 24 fugas burlando sistemas de seguridad y cerca de 50 violaciones de un permiso de salida.



MELILLA: Tres fugas. Un mes sin salir a la calle como castigo.
Centro: El Baluarte de San Pedro


Durante el año 2002 se producen dos fugas en el centro El Baluarte de San Pedro de Melilla, una en junio y otra en noviembre. La Consejera de Bienestar Social asumió toda su responsabilidad y prometió poner todos los medios para que no se repitiera. La primera fuga fue la de un menor marroquí condenado por violación. La segunda, la de un joven de 17 años, famoso por sus agresiones a otros menores y por rajarle la cara a un compañero cuando estaba en un centro de acogida. El Baluarte de San Pedro tiene capacidad para unos 14 internos en régimen cerrado y unos 6 en régimen semiabierto.

A finales de agosto de 2003, pese al empeño expresado por la Consejería, se repetía la historia. Esta vez eran cuatro los menores fugados y uno de ellos estaba internado por homicidio. Tardaron poco en ser de nuevo detenidos pero lo grave es que habían aprovechado una salida programada por sus educadores a la Feria de Melilla. Se les sancionó con un mes de castigo sin salidas.



TENERIFE: Cuatro menores contra los vigilantes.
Centro: Valletabares


En marzo de 2001, cuatro delincuentes intentan fugarse del centro de Valle Tabares (La Laguna), en Santa Cruz de Tenerife. Se abrió una investigación para esclarecerlos hechos ya que los vigilantes sólo consiguieron evitar la fuga de dos de ellos. Tras un enfrentamiento, los otros dos, ambos de 16 años, lograron escapar.

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