LD (EFE) El Tribunal Intermunicipal de Moscú ha autorizado el encarcelamiento del presidente de la petrolera Yukos, Mijail Jodorkovski, quien de momento permanecerá en un centro de prisión preventiva. La Fiscalía solicitó su encarcelamiento "por causar daños" a los intereses del Estado por valor de más de 1.000 millones de dólares, en confabulación con Lébedev. Sin embargo, la razón alegada por la Fiscalía para la detención de Jodorkovski en Novosibirsk fue su ausencia en el interrogatorio , que debió haberse celebrado el viernes en Moscú y al que no pudo asistir por encontrarse "en viaje de negocios", según dijo un portavoz de Yukos.
El caso Jodorkovski ha dejado bien altas las espadas en la batalla que libra en Rusia la alianza de los poderes Judicial y Ejecutivo contra los díscolos magnates con apetito de poder. Los partidos liberales del Parlamento, Yabloko y la Unión de Fuerzas de Derecha, difundieron un comunicado advirtiendo del riesgo de "involución" política que suponen pasos como el de la Fiscalía, que cuestiona el carácter "inmutable" de la Constitución rusa. Ambos partidos, que, junto a los comunistas, son las únicas fuerzas críticas a la "vertical del poder" del presidente Vladímir Putin, encontraron razones políticas en la detención y procesamiento de Jodorkovski.
Jodorkovski fue interrogado por los fiscales que siguen el caso abierto contra Yukos en julio pasado, cuando uno de los principales accionistas de la firma y cerebro financiero de la misma, Platón Lébedev, fue detenido por estafa. Aunque Jodorkovski abandonó por su pie la Fiscalía, su libertad puede durar poco , ya que ha sido acusado de robo mediante fraude a gran escala, reiterada evasión fiscal, falsificación de documentos oficiales y malversación de bienes ajenos, entre otros cargos.
Empresarios, políticos y prensa criticaron las formas y esencia de la detención , que según creen pudo vulnerar la ley, y algunos afirmaron que esa es la suerte que espera en Rusia a los inversores si sus acciones desagradan al poder: culatazos y rejas. El caso Yukos fue calificado por la oposición liberal y comunista como un intento del Kremlin de "atar las manos" a los empresarios rusos enriquecidos rápidamente y en condiciones sospechosas tras la caída de la URSS, y así frustrar sus ambiciones políticas.
El caso Jodorkovski ha dejado bien altas las espadas en la batalla que libra en Rusia la alianza de los poderes Judicial y Ejecutivo contra los díscolos magnates con apetito de poder. Los partidos liberales del Parlamento, Yabloko y la Unión de Fuerzas de Derecha, difundieron un comunicado advirtiendo del riesgo de "involución" política que suponen pasos como el de la Fiscalía, que cuestiona el carácter "inmutable" de la Constitución rusa. Ambos partidos, que, junto a los comunistas, son las únicas fuerzas críticas a la "vertical del poder" del presidente Vladímir Putin, encontraron razones políticas en la detención y procesamiento de Jodorkovski.
Jodorkovski fue interrogado por los fiscales que siguen el caso abierto contra Yukos en julio pasado, cuando uno de los principales accionistas de la firma y cerebro financiero de la misma, Platón Lébedev, fue detenido por estafa. Aunque Jodorkovski abandonó por su pie la Fiscalía, su libertad puede durar poco , ya que ha sido acusado de robo mediante fraude a gran escala, reiterada evasión fiscal, falsificación de documentos oficiales y malversación de bienes ajenos, entre otros cargos.
Empresarios, políticos y prensa criticaron las formas y esencia de la detención , que según creen pudo vulnerar la ley, y algunos afirmaron que esa es la suerte que espera en Rusia a los inversores si sus acciones desagradan al poder: culatazos y rejas. El caso Yukos fue calificado por la oposición liberal y comunista como un intento del Kremlin de "atar las manos" a los empresarios rusos enriquecidos rápidamente y en condiciones sospechosas tras la caída de la URSS, y así frustrar sus ambiciones políticas.