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Mueren 15 soldados de EEUU en la jornada más sangrienta de la posguerra

Estados Unidos sufrió este domingo la jornada más sangrienta de la posguerra en Irak. Al menos catorce soldados murieron y otros 20 resultaron heridos al ser alcanzado por terroristas el helicóptero Chinook en que viajaban cuando se acercaban a aterrizar al aeropuerto de Bagdad. Además, otro soldado murió en un atentado con bomba en una carretera de Bagdad.

L D (EFE) El helicóptero fue abatido en Abu Ghraib, la periferia oeste de Bagdad (a unos 30 kilómetros del centro de la ciudad), dentro del perímetro de seguridad del aeropuerto internacional, utilizado por las tropas estadounidenses como su principal base militar. Las fuentes aseguraron en un principio que los soldados volvían de un viaje de "descanso y recreo", pero más tarde especificaron que estaban a punto de iniciar el mismo, que iba a partir desde ese aeropuerto hacia algún destino en el extranjero.

Algo más de sesenta soldados volvían en dos Chinook similares cuando uno de ellos fue alcanzado por un disparo, que aún no se sabe si procedía de una granada anticarro o de un misil. Se ignora el estado de los 20 soldados heridos, que fueron trasladados de inmediato a los hospitales más cercanos, mientras equipos de rescate buscaban durante horas a posibles supervivientes.
 
Segundo atentado
 
Poco después del atentado, se produjo otro atentado contra soldados estadounidenses en las cercanías de donde cayó el helicóptero, en el que al menos tres soldados más resultaron heridos, según dijeron testigos presenciales. Los soldados que custodiaban la comisaría policial de Abu Ghraib en dos tanques fueron disparados con granadas anticarro por desconocidos, y al menos tres soldados cayeron al suelo -no se sabe si heridos o muertos-, dijo un testigo llamado Hasan Abdulawi, versión que también confirmaron otras personas.

En un intento de repeler el ataque terrorista, los soldados dispararon contra varios vehículos cercanos, entre ellos un microbús de transporte civil  y tres vehículos particulares, que comenzaron a arder y quedaron totalmente calcinados, según dijo un testigo. Se cree que hay numerosas víctimas civiles.

Los soldados estadounidenses lanzaron octavillas en la zona recordando que "las acciones violentas contra las fuerzas de la coalición o sus empleados iraquíes serán castigadas de acuerdo con la ley". Además, repetían por un megáfono un mensaje que instaba a todo el mundo "a abandonar de inmediato las calles y entrar en sus casas; los que sean detenidos en la calle serán considerados agresores y actuaremos en consecuencia".
 
Por otra parte, otro soldado estadounidense de la Primera División Blindada murió en un atentado con una bomba colocada en una carretera de Bagdad, según fuentes militares estadounidenses.

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