L D (EFE) En una conferencia de prensa convocada de forma inesperada el ministro mostró a la prensa explosivos, municiones y armas halladas en un escondrijo de "ex guerrilleros de Gamsajurdia", el primer presidente de la Georgia independiente derrocado en 1992 y que se suicidó o fue asesinado dos años después. Según dijo, las fuerzas de seguridad encontraron allí, a pocos kilómetros de la capital, 22 kilogramos de trilita, "suficiente para volar dos o tres puentes de Tiflis", 53 minas, un lanzagranadas, decenas de granadas y 26 cajas de municiones.
El ministro dijo que los "golpistas" no han sido detenidos y "son buscados", pero aseguró que tenían previsto "atacar con granadas las colas de electores" y "minar los accesos a la residencia" del presidente Eduard Shevardnadze. Las fuerzas de Seguridad también buscan otros lugares donde se sospecha pudieran estar escondidas más armas.
El ministro dijo que los "golpistas" no han sido detenidos y "son buscados", pero aseguró que tenían previsto "atacar con granadas las colas de electores" y "minar los accesos a la residencia" del presidente Eduard Shevardnadze. Las fuerzas de Seguridad también buscan otros lugares donde se sospecha pudieran estar escondidas más armas.
Irregularidades en el proceso electoral
Ante las preguntas de periodistas sobre por qué todo el material hallado era nuevo, Jaburdzhania dijo que no excluye la posibilidad de que se trate de "fugas de las bases" que tienen las tropas rusas en Georgia. "Se trata de un intento de golpe de Estado", sentenció. Esta sorpresiva conferencia de prensa se produce en momentos de máxima tensión debido a múltiples irregularidades en el proceso electoral y las amenazas de la oposición de exigir la dimisión del Gobierno "si los electores no reciben la posibilidad de emitir sus votos".
Fuentes opositoras estiman que el número de votantes que no aparecen en las listas electorales podría alcanzar el 20 por ciento y en algunos lugares, como en Zugdidi, baluarte de los partidarios de Gamsajurdia, hasta el 50 por ciento. Ante esta situación, la Comisión Electoral Central decidió permitir la "votación de personas no incluidas en las listas que aporten documentación que confirme su identidad y lugar de residencia en presencia de agentes del Departamento de Identificación".
Ante la amenaza de que las protestas de los electores que no podían votar desembocaran en violentos desórdenes, como ya ocurrió en varios colegios, autobuses con tropas antidisturbios aparecieron en los lugares más amenazados, como Zugdidi, la antigua capital georgiana, Mtsjeta, y el centro industrial de Rustavi.