L D (EFE) La autocrítica esperada en el PSOE tras las elecciones de Madrid se ha transformado en una campaña para cuestionar la unidad en el PP. Bono y Guerra la han encabezado. En Portugal, al término dela Cumbre Ibérica, no sólo ha puesto a su partido como ejemplo de cohesión sino que ha dejado claro que el PP tiene un gran líder y que él no volverá a dirigir el partido.
Aznar se ha reafirmado en su decisión de alejarse de la primera línea del PP, lo que los socialistas Bono y Guerra han calificado de "paso atrás". En la rueda de prensa conjunta con el primer ministro portugués, el presidente del Gobierno se ha negado a valorar la polémica abierta en el seno del PP tras las críticas de algunos de sus dirigentes por la medida fiscal adoptada por Gallardón. Únicamente se ha limitado a apuntar que no tiene "ningún comentario que hacer" y que la toma de decisiones internas corresponde a Mariano Rajoy tras su nombramiento como nuevo secretario general del PP y candidato a la presidencia. Y ha sido en este punto cuando ha insistido en que descarta volver a asumir las riendas del partido para intervenir en casos como éste.
En tono de broma, el presidente del Ejecutivo dijo que la posibilidad de volver a asumir la dirección del partido para tratar de conciliar este tipo de episodios le produce una "sonrisa interminable".