(Libertad Digital) La subida de impuestos anunciada por el Ayuntamiento madrileño hace ahora dos semanas puso a Mariano Rajoy, el candidato del PP a las próximas elecciones generales, en un considerable aprieto.
Desde el Partido Popular, tanto Javier Arenas como Rodrigo Rato salieron en tromba a criticar a Ruiz Gallardón el lunes de la semana pasada. El alcalde interpretó que Arenas y Rato actuaban a las ordenes de Rajoy y, en declaraciones a "La Mañana" de la Cadena COPE, Gallardón retó al propio secretario general del PP, al afirmar que una sola palabra de Mariano Rajoy le haría rectificar en su propuesta.
En su entrevista en la COPE, Gallardón incluso se puso la venda antes de la herida, ya que argumentó que su proyecto para aumentar el gasto y subir los impuestos en Madrid no era una novedad, ya que estaba en su programa electoral, del que dijo que era un "contrato" firmado entre él y los electores madrileños. Sin embargo, como ya demostró Libertad Digital, de la lectura del programa municipal de Gallardón no se desprendía en absoluto que su objetivo fuera subir los impuestos.
Un gesto de obediencia de cara a la galería
Tras el reto público de Gallardón, Mariano Rajoy prefirió entonces mantener un perfil bajo y solucionar la crisis con una conversación privada. En principio, sólo trascendió que Rajoy le había pedido al alcalde que explicara mejor sus propuestas para que los ciudadanos madrileños entendieran cuál era su objetivo al subir los impuestos. Pero la respuesta no llegó ni siquiera de parte de Gallardón, sino de su "mano derecha", el vicealcalde Manuel Cobo, que respondió a Rajoy que ya estaban explicando la subida de impuestos "en todos sus detalles y en todos sus rincones".
Pero Mariano Rajoy tenía que acudir este martes a unas jornadas organizadas por el Foro Nueva Economía y The Wall Street Journal, donde pretendía ofrecer los detalles de su proyecto económico si se convierte en presidente del Gobierno tras las elecciones del año próximo. Para llegar al acto sin ataduras y poder escenificar en el mismo un cierre de filas en torno a su líder por parte del PP, incluido el propio Gallardón, el candidato necesitaba que el alcalde de Madrid hiciera un gesto público, y muy publicitado, de obediencia.
Una rectificación diseñada como un paso de baile
La rectificación de Gallardón, escenificada este lunes cuando anunciaba inesperadamente que retiraría el recargo del 50 por ciento en el Impuesto de Bienes Inmuebles para casas vacías, era el gesto que Rajoy necesitaba para poder presentar su proyecto económico y que sus propuestas fueran creíbles. El acto de Gallardón estaba perfectamente medido, hasta el punto de que Ana Mato, coordinadora de Organización del Partido Popular, ofreció una rueda de prensa minutos después para mostrar la "satisfacción" del partido con el anuncio de Gallardón.
Sin embargo, como viene insistiendo Libertad Digital, Gallardón se limitó a anunciar que retiraba la única subida de impuestos que no podría aplicar. El alcalde afirmó que quitaba el alza del 50 por ciento del IBI a las viviendas vacías, una medida que él mismo reconoció hace una semana en la COPE que no podría aplicar porque el Ministerio de Hacienda aún no había regulado legalmente qué se puede entender por una casa vacía. El alcalde, en su acto público de rectificación, no mencionó siquiera que el resto de subidas de impuestos se van a mantener invariables.
Rajoy dice que Gallardón "no ha sido presionado"
En la presentación de su proyecto económico, Mariano Rajoy ha contado con la presencia de Alberto Ruiz Gallardón. Durante el acto, el candidato del PP a la Moncloa ha reconocido que mantuvo una conversación con Gallardón sobre la subida impositiva en Madrid. "Y le he pedido que la explique", afirmó para añadir que Gallardón "vio, y vio bien" que la creación de un nuevo impuesto para las viviendas deshabitadas podía ser una "cuestión problemática" con la que había que tener "muchísimo cuidado" porque estos inmuebles ya están sometidos a "mucha" presión fiscal.