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Herrero de Miñón critica que el Gobierno recurra a la Justicia para frenar el plan Ibarretxe

En la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Herrero de Miñón ofreció un discurso sobre los buenos y malos usos de la Carta Magna. El acto le sirvió para reprochar a Aznar que no se haya reunido con Ibarretxe, criticar que se acuda a la Justicia para frenar el separatismo vasco y, de paso, volver a sugerir la necesidad de reformar la Carta Magna porque, en su opinión, han cambiado muchas cosas desde 1978.

L D (Agencias) El ponente de la Constitución Miguel Herrero de Miñón acudió a la sede de Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid para hablar de la Constitución desde su condición de ponente. Pero su discurso no tardó en convertirse en una crítica directa al presidente del Gobierno, José María Aznar, por "dialogar más con su colega finés que con el lehendakari vasco (sic) o con el presidente andaluz".
 
En principio, su intervención, recogida por la agencia EFE, llevaba por título "Del buen uso y mal uso de la Constitución". El ex miembro de AP, sin embargo, logró desviar el asunto hacia otros derroteros. Lo primero que hizo fue catalogar dentro de los buenos usos el diálogo entre las instituciones centrales y las autonómicas, en contraste con la citada incomunicación entre Aznar e Ibarretxe: "No estaría de más –matizó– intentar restablecer los cauces de diálogo sin condiciones previas" entre ambos.

Para expresarlo con sus palabras, "es claro que la integración por vía constitucional sólo puede hacerse mediante acuerdo", lo que supone un diálogo permanente que "implica el reconocimiento mutuo de quienes dialogan, esto es de su legitimidad, de la licitud de su discrepancia e incluso de la eventual razón que les asiste". Pero la crítica al Gobierno –se entiende pues, que hace "mal uso" de la Carta Magna– á redondeó con su siguiente argumentación, también en defensa de los planes del PNV. Según Herrero de Miñón, el "buen uso integrador" también ha de llegar a la independencia judicial, que quiebra "si se remite a la decisión de los jueces lo que los políticos no han sabido resolver o, incluso se han empeñado en enconar".

Los cambios desde entonces

Detallados los aspectos que en su opinión ponen en riesgo la Constitución, pasó a detallar los "buenos usos", entre ellos, el "carácter útil" y el "carácter abierto" de la Carta por lo que, en consecuencia, "puede y debe ser reformada si ello es necesario. Eso sí, explicó que deber hacerse siempre por amplio consenso y buscar vías más flexibles "en la mutación, las convenciones y la interpretación realista de la Constitución".

Herrero de Miñón argumentó que la realidad político-social ha cambiado desde la redacción de la Carta Magna y es preciso ajustar a ella el "programa normativo" de la misma reformando el texto. Para ilustrar a los presentes lanzó tres preguntas retóricas: "¿Acaso, guste o no, vida, familia o empleo significan lo mismo que en 1978? ¿Por qué, entonces, ha de significar lo mismo el término soberanía? ¿Por qué escandalizarse de la noción de soberanía compartida cuando la afirmamos sin empacho respecto de nuestras relaciones comunitarias con Helsinki hoy y pronto con Varsovia?".

Más contraindicaciones y la definición de lealtad

Por otra parte, Herrero de Miñón destacó otros "tres malos usos" que se hacen de la Constitución; el primero es la "utilización normativo-mecánica" de la misma o "tiranía de los conceptos" como el de "autodeterminación, cuya discusión por unos y otros permite escamotear las aspiraciones de mayor autogobierno por parte de determinadas comunidades autónomas". El segundo "mal uso" es su "utilización polémica", que se muestra en la "radicalidad de enfrentamientos electorales y parlamentarios" y, el tercero, es el "mágico", que responde a la "exageración" y que alude a que la Constitución "es indispensable para la convivencia" pero "en ningún caso suficiente".

Por último, hizo referencia a que la "lealtad constitucional" de los poderes públicos impone una determinada conducta basada en el "estricto cumplimiento de las previsiones constitucionales", el "ejercicio no abusivo de las competencias respectivas", y "la cooperación de los poderes públicos entre sí" a través de una "permanente negociación y colaboración". "La vía del diálogo es la única vía leal a la Constitución", concluyó.

Estuvieron presentes en el acto el presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Enrique Fuentes Quintana; el ex jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo; el rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, José Luis García Delgado; el ex director de la Oficina Presupuestaria, José Barea; el ex comisario europeo Marcelino Oreja, y el ex presidente del Congreso de los Diputados, Landelino Lavilla, entre otros.

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