L D (EFE) En la ciudad septentrional de Mosul, el portavoz de la 101 División Aerotransportada de EEUU confirmaba la muerte de dos soldados estadounidenses, que fueron degollados en plena calle por varios atacantes que asaltaron su vehículo militar cuando se encontraba detenido en un semáforo. Fuentes militares de EEUU en Bagdad han dicho que otro soldado estadounidense murió y dos resultaron heridos al hacer explosión una bomba al paso del convoy en el que viajaban cerca de Baquba, a unos 65 kilómetros al nordeste de Bagdad. Las tres nuevas muertes elevan a 149 la cifra de soldados estadounidenses que han perdido la vida en Irak desde que el pasado 1 de mayo el presidente George W. Bush declaró el fin de la guerra.
Mientras, aviones de EEUU han bombardeado este domingo zonas próximas a la localidad de Samarra, a unos 150 kilómetros al norte de Bagdad, y áreas que ya fueron atacadas esta misma semana por los cazas. En la ciudad de Kirkuk, a unos 280 kilómetros al norte de la capital iraquí, siete personas resultaron heridas el sábado por la noche, entre ellas cuatro ciudadanos estadounidenses, en un ataque con cohetes contra una compañía petrolera encargada de la exportación de crudo a través del puerto mediterráneo turco de Ceyhan.
El reinicio de los bombardeos de la aviación estadounidense al norte del país se produce un día después de que terroristas intentasen derribar cerca de Bagdad un avión civil con un misil tierra-aire, y de que 18 personas murieran en dos ataques con coches bomba contra dos comisarías de policía de la provincia de Diyala, al norte de Bagdad. El sábado, las autoridades militares cerraron el aeropuerto internacional de Bagdad después de que un avión de la compañía DHL se viera obligado a realizar un aterrizaje de emergencia al ser alcanzado por un misil tierra-aire el motor de su ala izquierda. La contundente ofensiva militar emprendida hace dos semanas por las fuerzas estadounidenses no parece haber golpeado muy fuerte a los terroristas iraquíes, según se desprende de estos últimos atentados.
Desde que comenzó la ofensiva los aviones han arrojado bombas de 998 kilos, la artillería ha disparado misiles de precisión y los carros de combate, apoyados por helicópteros Apache, han bombardeado supuestos reductos de la resistencia iraquí. Al mismo tiempo, y como parte de las operaciones "Cyclone Ivy" y "Martillo de Hierro", los soldados norteamericanos han apresado a al menos 200 insurgentes y se han incautado de decenas de arsenales. Los principales objetivos de las dos operaciones militares centradas en el norte de Irak y las áreas colindantes con Bagdad son destruir los edificios que pueden servir de cobijo a los terroristas o serles útiles para ocultar armas y munición.