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Preocupación en el Gobierno por el impacto del Protocolo de Kioto en la industria española

España ha pedido a sus socios comunitarios que tengan en cuenta el impacto del Protocolo de Kioto sobre cambio climático en la competitividad industrial y que ello se refleje en las conclusiones de la cumbre europea del próximo fin de semana. El Gobierno español podría estarse planteando solicitar una moratoria a la hora de trasponer la directiva europea con el fin de renegociar el porcentaje de emisiones.

(Libertad Digital) El secretario de Estado español de Asuntos Europeos, Ramón de Miguel, propuso este lunes a los ministros de Exteriores de la UE que incluyan en el capítulo de competitividad de la cumbre europea una referencia al Protocolo de Kioto y su impacto en la competitividad industrial.
 
"Es un factor inevitable si queremos ir en la senda de Kioto", subrayó De Miguel en declaraciones a la agencia Efe. Para el vicepresidente Rodrigo Rato, "este es el mayor reto al que se enfrenta la economía española en los próximos años". Según cuenta el diario Cinco Días este martes, el Gobierno estaría dispuesto a pedir una moratoria en la aplicación de la directiva europea de aplicación de Kioto para renegociar la cuota de emisiones que el Gobierno aceptó en la negociación incial del tratado. 
 
Según lo acordado, los objetivos fijados para España en Kioto (primer país que firmó el Protocolo) supone que tan sólo puede aumentar sus emisiones un 15 por ciento hasta 2012 (con respecto a las que se realizaban en 1990, mucho menores que las actuales), de manera que si se pasa debe comprar derechos de emisión a quién esté en límites más bajos.
 
Los compromisos asumidos por España en Kioto tienen en pie de guerra al sector eléctrico
 
La buena marcha de la economía y de la industria con el rápido crecimiento de la producción en los últimos años se ve ahora amenazada por estos límites. Según explicaba este domingo en su Rueda de la Fortuna Jesús Cacho, "el cumplimiento de los compromisos asumidos por España sobre reducción de emisiones contaminantes (Kioto) tiene en pie de guerra a importantes sectores de la economía española", pero en especial al eléctrico.
 
La lucha de fondo, al parecer, se centra en el futuro del carbón como fuente de energía, con Iberdrola en el centro de la polémica, ya que es que la más fuerte ha apostado por otras energías como las de ciclo combinado y las renovables. Las campañas de publicidad, el porcentaje de generación al margen del carbón les ha otorgado una ventaja competitiva, que al apostar por este tipo de desarrollo trata de poner en valor la nueva energía en detrimento de sus competidoras.
 
Los costes de cumplir el protocolo de Kioto
 
Pero como explica Cacho, "¿debe cumplir España lo que firmó en 1999?" O, dicho de otra manera, ¿Cuánto costará a España cumplirlo y que efecto tendrá en la industria española? "La CEOE calcula que hacer frente a esos compromisos supondrá a la industria española cerca de 4.000 millones de euros al año a partir de 2005, cifra equivalente al 0,6 por ciento del PIB", en compra de derechos de emisión y adecuación del tejido industrial, con el consiguiente impacto en la productividad y la competitividad española.
 
El cumplimiento de Kioto tendrá un ineludible efecto sobre la factura eléctrica por lo que otra de las preguntas que formula Cacho es si están los contribuyentes españoles dispuestos a pagar la factura de CO2, sabiendo que otras naciones más desarrolladas se niegan a ello. Es decir, los costes del cumplimiento del Protocolo son extremadamente altos y fruto de una mala negociación, que ahora se quiere volver a abrir para aumentar la cuota de emisiones, cuando la contaminación es la misma en cualquier lugar del planeta y unos lo cumplirán y suscribirán y otros no.
 
¿Qué es el Protocolo de Kioto?
 
Los países que forman parte del Protocolo deberán modificar sus industrias para aplicar los requisitos de este acuerdo y reducir los gases emitidos a la atmósfera. Mediante el Protocolo de Kioto, los países industrializados se comprometen a reducir las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2), máximo causante del llamado efecto invernadero, un 5,2 por ciento entre el 2008 y el 2012 en relación a los niveles registrados en 1990. Mientras Estados Unidos, país que rechazó el Protocolo, pretendía en un primer momento que el mercado de emisiones fuera libre, la UE defiende limitarlo al 50 por ciento de las emisiones contaminantes.
 
Para que entre en vigor el Protocolo de Kioto, se necesita que lo ratifiquen al menos 55 países que sumen el 55 por ciento de las emisiones de gases con efecto invernadero de los países industrializados. Hasta el momento lo han hecho 104 países, que representan los dos tercios del total, pero entre todos sólo producen el 43,9 por ciento de las emisiones contaminantes, según los índices medidos en 1990, por lo que no puede entrar en vigor. La ratificación de Rusia, que representa el 17,4 por ciento de las emisiones permitiría alcanzar ese objetivo, sin embargo, recientemente Putin se ha desmarcado del protocolo, aunque la decisión definitiva deberá tomarse en octubre.

En el proyecto de conclusiones que los jefes de Estado o de Gobierno deberían adoptar en la cumbre de los próximos días 12 y 13, los líderes tomarán nota con interés "de los avances en la definición de un enfoque horizontal integrado en materia de competitividad, entre otras cosas asegurando la coherencia, las sinergias y las complementariedades entre las políticas". El Consejo Europeo se comprometerá a seguir evaluando en cooperación con la Comisión, las propuestas que tengan repercusiones significativas en la competitividad o creen una carga excesiva para determinados sectores de la industria", según el borrador de conclusiones.

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