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Powell dice estar frustrado por la imagen negativa de EEUU en el mundo

El secretario de Estado, Colin Powell, está frustrado por la percepción de la mayoría de la opinión pública mundial de que EEUU desarrolla una política exterior unilateralista. "Es frustrante para mi a veces", afirma Powell, que considera que el mundo se ha quedado sólo con la idea de la doctrina de la guerra preventiva, como en el caso de Irak, cuando EEUU se ha esforzado por buscar alianzas en otras crisis, como las de Corea del Norte e Irán.

L D (EFE) El secretario de Estado, en una entrevista con el diario The New York Times, lamenta que poca gente haya reconocido el trabajo hecho por la diplomacia estadounidense en los últimos meses.

"Creo que he manejado las relaciones con China, Rusia y Europa bastante bien si se mira dónde estamos a final del año con respecto a donde estábamos al principio", destaca Powell, quien considera que las cosas van mejor tras superar la fase crítica de Irak.
Se recupera de un cáncer de próstata

El secretario de Estado se declara orgulloso de los progresos logrados para financiar la lucha contra el SIDA y de la implicación del gobierno del presidente George W. Bush en la solución de conflictos regionales como los de Oriente Medio, Liberia y Sudán. Recientemente operado de un cáncer de próstata, el jefe de la diplomacia estadounidense, de 66 años, concedió por teléfono la entrevista al diario neoyorquino, en una muestra de que sigue trabajando y en buena forma, según sus colaboradores.

Powell, considerado un moderado ("paloma") en el Ejecutivo estadounidense, habla también de su peso específico dentro del gobierno, que en muchos casos ha sido puesto en duda por la mayor influencia de los llamados "halcones", especialmente del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld. Así se puso de manifiesto en los meses previos a la guerra de Irak, en los que el secretario de Estado trató de apurar la vía diplomática, y en algunos episodios de la posguerra iraquí.

¿Seguirá en el Gabinete de Bush?

Los analistas han destacado en los últimos días el hecho de que Bush nombrara a un enviado especial, el ex secretario de Estado James Baker, para renegociar la deuda de Irak, y de que Powell fuera de los últimos en enterarse de la captura de Sadam Husein. Ambas cuestiones volvieron a suscitar la recurrente especulación de que el secretario de Estado no quiere seguir en el Gobierno si Bush es reelegido para otros cuatro años y de que, incluso, podría presentar su dimisión por su falta de sintonía con el presidente.

Pero Powell opta, como ha hecho siempre, por dejar la puerta abierta a cualquier posibilidad y por defender que el presidente no ha favorecido únicamente la vía militar para resolver conflictos. "Ha sido un presidente magnífico en tiempo de guerra", dice Powell, quien añade que "él y yo siempre hemos hablado de la importancia de la diplomacia incluso antes de llegar al poder". El ejemplo, afirma, "es que cuando anunció el acuerdo con Libia (que se comprometió a permitir la inspección internacional de sus programas nucleares) enfatizó la importancia de la diplomacia".

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