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El presidente de Pakistán, ileso tras registrarse otro intento de magnicidio

Por segunda vez en once días el presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, ha salido ileso de un atentado realizado por dos terroristas suicidas que detonaron sendos coches bomba que causaron la muerte al menos a 14 personas y heridas a varias decenas en Rawalpindi, cerca de la residencia presidencial. El primer atentado se produjo hace once días muy cerca del lugar donde se ha registrado el segundo.

L D (EFE) El primer ministro paquistaní, Mir Zarafullah Khan Jamali, dijo que "este segundo atentado contra la vida del presidente es un grave fallo de la seguridad y, porque Dios no lo ha querido, no ha pasado nada que pueda desestabilizar el sistema".
 
"Al menos catorce personas, incluidos los dos autores del ataque, han muerto y otras 46 están heridas, algunas de ellas de extrema gravedad", a consecuencia de las deflagraciones de los dos coches al paso de la comitiva en que se trasladaba Musharraf, según declaró el ministro del Interior, Faisal Saleh Hayat.
 
Al Qaeda podría estar detrás del atentado
 
Las dos camionetas, con unos 30 kilos de explosivos cada una, se encontraban estacionadas en sendas gasolineras, una de la compañía francesa "Total" y otra de la empresa pública paquistaní "State Oil", y los dos terroristas suicidas hicieron detonar sucesivamente sus bombas al paso de la caravana presidencial. Varios de los coches, incluido el del presidente, fueron alcanzados por las explosiones, pero pudieron seguir su camino con pequeños desperfectos, aunque al menos cinco de los policías que vigilaban en la calle el paso de la comitiva se encuentran entre los muertos.
 
Según el responsable de Interior, la organización terrorista islámica que lidera el saudí Osama Bin Laden, "Al Qaeda, podría estar implicada en este segundo atentado contra el presidente". Cientos de personas, familiares de los fallecidos y heridos en el atentado, se concentraron poco después frente al Hospital Central de Rawalpindi. Mientras tanto, altos mandos militares y cargos gubernamentales cercanos a Musharraf se reunieron en el recinto donde se encuentra el Cuartel General del Ejército, donde tiene su residencia Musharraf, para evaluar la situación tras este ataque.
 
Hace once días, otro atentado
 
Este segundo atentado se ha producido en un punto no muy lejano del puente que fue destruido por cinco potentes bombas el pasado 14 de diciembre, momentos después del paso del coche del presidente paquistaní. Posteriormente, los servicios de seguridad paquistaníes descubrieron que cinco bombas, con 250 kilos de explosivos y un sistema de detonación a distancia habían sido usadas en el atentado. Entonces, los servicios secretos paquistaníes interrogaron a decenas de personas, entre ellas los agentes de policía que se encontraban cerca del puente y miembros de la seguridad de Musharraf, para tratar de detectar posibles fugas de información en el aparato de protección del mandatario.
 
El atentado se produce un día después de que Musharraf anunciara que dejará la Jefatura de las Fuerzas Armadas a finales del 2004, la principal reclamación que hacen al gobernante los grupos de oposición paquistaníes, en especial los integristas islámicos, para que siga en la Presidencia. Musharraf, que llegó al poder en un golpe de estado incruento en 1999, anunció de ese modo un acuerdo con la oposición parlamentaria integrista islámica para desbloquear el funcionamiento del Parlamento, introducir una serie de enmiendas en la Constitución y convocar unas elecciones sin el boicot de estos grupos.
 
Estos dos intentos de magnicidio cometidos en once días se unen al rimero que sufrió Musharraf como gobernante, en abril del 2002, cuando falló el detonador de un coche bomba colocado al paso de su vehículo en Karachi.

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