De hecho, 2003 ha sido el año con menor número de fallecidos desde 1973, a excepción de 1999, año de la tregua-trampa. Pese a los buenos resultados en la lucha antiterrorista, Acebes quiso dejar claro que ETA seguirá matando mientras pueda y que el terrorismo continuará siendo la principal amenaza al Estado de Derecho, por lo que la erradicación de la banda será la máxima prioridad del Gobierno hasta "su derrota final", que "creemos posible".
El ministro considera que el único camino correcto para acabar con ETA es la eficacia policial, la cooperación internacional y las medidas legales del Estado de Derecho y "no otros caminos, ni atajos, ni negociación, ni un precio", ni tampoco, agregó, con planes "separatistas e inconstitucionales" como el del lehendakari, Juan José Ibarretxe.
La actividad antiterrorista supuso la desarticulación del del grupo de pistoleros a sueldo de ETA denominado "Irunberri" (el nuevo "Nafarroa"), de otro grupo de miembros no fichados en Guipúzcoa, de cinco redes de captación e infraestructura y de cuatro ramas civiles.
Además de la incautación de explosivos a la banda, que ascendió a 3.571 kilogramos, 1.208 más que en 2002, en 2003, la fuerzas de seguridad se incautaron de 93 armas (69 cortas y 24 largas) y han desmantelado 184 inmuebles usados por los terroristas como viviendas o depósito de armas, lo que supone 29 más que en 2002, cuando se hallaron 155 inmuebles, 66 en 2001, 28 en 2000 y diez en 1999.
Acebes se refirió también al notable descenso de los actos de terrorismo callejero, que fueron 150 el año pasado frente a los 448 de 2002 o los 552 de 2001. Como dato significativo, el ministro recordó que en octubre no se produjo ningún atentado de este tipo. Por otra parte, en 2003 fueron entregados a España dieciséis supuestos terroristas, once de ellos por Francia, que extraditó a seis, expulsó a uno y entregó de forma temporal a cuatro.
Además de estos datos, Acebes hizo especial hincapié en los aspectos cualitativos de la lucha contra ETA y, entre ellos, mencionó la desarticulación del aparato de atentados con la detención, en diciembre, de los jefes Ibon Fernández Iradi "Susper", Gorka Palacios, Iñigo Vallejo y Juan Luis Rubenach, y en mayo de Ainhoa García Montero. Al arresto de la cúpula operativa, el ministro sumó las operaciones contra los aparatos de logística y captación de la banda, así como los golpes al entramado económico-financiero y al organizativo. Así, resaltó la ilegalización de Batasuna y las medidas que han permitido, "por primera vez en la democracia", que "no haya alcaldes ni concejales" de esa formación.
El Gobierno, según Acebes, continuará el camino en su lucha para la derrota total y definitiva de ETA desde la vía policial y la cooperación internacional", si bien el ministro reconoció que la banda persistirá en su "actividad criminal" como demostró en Nochebuena con el atentado frustrado en la estación madrileña de Chamartín. Los atentados de ETA provocaron la muerte el año pasado del jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa), Joseba Pagazaurtundua, y de los agentes de la Policía Nacional Bonifacio Martín y Julián Embid en Pamplona.