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Nicolás Sarkozy no descarta su candidatura a la presidencia de Francia

El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, ha moderado el tono de sus ambiciones políticas, que habían causado cierta irritación en el Elíseo, en una rueda de prensa multitudinaria en la que hizo balance de sus primeros 20 meses en el cargo. En un majestuoso salón abarrotado de periodistas, Sarkozy celebró que haya bajado la delincuencia en Francia en un 3,8 por ciento durante 2003, la primera reducción de este problema desde hace seis años, e insinuó que sigue siendo candidato a la presidencia.

L D (EFE) Transmitida en directo por dos televisiones, algo que sólo ocurre con las intervenciones solemnes del presidente, Jacques Chirac, y del primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, la comparecencia de Sarkozy tuvo un eco excepcional.

Fortalecido por sus resultados, en los que brilla con luz propia la detención en julio pasado del hombre más buscado de Francia (Yvan Colonna, el supuesto asesino del prefecto de Córcega Claude Erignac) y por su gran popularidad, Sarkozy jugó este miércoles la carta de la modestia y matizó su aspiración por llegar al Elíseo.

Preguntado por sus claras ambiciones presidenciales para 2007, el "número dos" del Gobierno afirmó: "Nadie sabe quien será candidato, y yo el primero", pese a que hace sólo dos meses reconoció que pensaba en ello y "no solamente" cuando se afeitaba. Sarkozy explicó en la rueda de prensa que aquel día, en un programa de televisión, "simplemente respondí a una pregunta que me plantearon: ¿En qué piensa usted cuando se afeita? Era la pregunta. No le den a la respuesta una importancia mayor de la que tiene".

Sin embargo, el martes por la noche, ante un centenar de parlamentarios de la gobernante UMP, a quienes invitó a cenar en sus departamentos privados del Ministerio de Interior, situado a dos pasos del Elíseo, Sarkozy aportó un bemol: "No es porque uno piense en eso, que lo hace", dijo. Ante ese foro, que ha hecho correr ríos de tinta y de conjeturas, el ministro más popular del Gobierno (66 por ciento de respaldo según la última encuesta, dos puntos más que Chirac) advirtió además de que ese encuentro "no tiene nada ver con el comienzo de una corriente" política.

No obstante, más de uno recordaba horas más tarde una de las frases más famosas del predecesor de Chirac en el Elíseo, el socialista Francois Mitterrand: "Para tomar el poder en Francia, hacen falta cien personas bien colocadas". Flanqueado por su leal y omnipresente esposa, Cecilia, y de su hijo Louis, Sarkozy manifestó en la cena a sus invitados, a quienes regaló un bolígrafo: "No haré nada que pueda crear división en la mayoría", al tiempo que agradeció a Chirac y a Raffarin que le hayan dejado trabajar con libertad en el Ministerio del Interior.

Un puesto en el que Sarkozy espera mantenerse o, al menos, eso es lo que este miércoles dejó traslucir. "¿Cuanto tiempo va a durar (su trabajo al frente de Interior)? No lo sé, por una razón que no se les escapará: no soy yo quien me nombro", dijo. "Lo que sé es una cosa. Desde mi punto de vista y desde mi punto de vista solamente, no he terminado el trabajo que me ha sido encargado. No he conseguido los resultados que se me pidieron", añadió, aunque a renglón seguido apostilló: "No tomen eso como un deseo ni como un pronóstico, simplemente como una constatación".

Sarkozy zanjaba así la hipótesis lanzada este martes en la portada de un diario parisino, que afirmaba que con su actitud y su enfrentamiento abierto con el Elíseo, trata de ser apartado del Gobierno. Su entorno decía este miércoles que, cuando Sarkozy se pronunció abiertamente a favor de que un jefe de Estado sólo pueda desempeñar dos mandatos, no se refería expresamente a Chirac, que en noviembre pasado cumplió 71 años y del que no se descarta que se presente a un tercero. Precisamente, los franceses parecen más del lado de Sarkozy en esta cuestión, pues tres de cada cuatro están a favor de que se establezca un limite de edad (68 años) a los candidatos al Elíseo, según una encuesta divulgada este miércoles, informa Europa Press.

Preguntado directamente si él sería mejor jefe de Estado que Chirac, Sarkozy rehusó entrar al trapo: "Esa pregunta se presta a la caricatura y a mis casi 49 años tengo que prestar atención". Subrayó que tiene acumulada "bastante experiencia" y que ha conocido suficientes fracasos como para que no se le "suba a la cabeza". El mensaje, según los medios parisinos, es claro: Sarkozy no quiere entrar aún en competición directa con el actual inquilino del Elíseo y esperará, tal vez, a noviembre para tratar de arrebatarle a Alain Juppé –delfín de Chirac– la presidencia de la UMP.

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