L D (EFE) En un artículo de opinión que publica este jueves el diario Expansión, Botín asegura que, aunque no descarta que en el futuro se produzcan fusiones transfronterizas en Europa, "en las circunstancias actuales dudo que creen valor para los accionistas".
Botín se muestra convencido de que, por el contrario, los grandes bancos internacionales disponen aún de oportunidades de consolidación en sus mercados domésticos, así como en los mercados emergentes, que "pueden producir en el futuro un aumento de la rentabilidad y de creación de valor". El presidente del Grupo Santander apuesta por que las nuevas normas contables y de capital que entren en vigor en los próximos años (NIC y Basilea II) "no penalicen a las instituciones que apuestan por los mercados emergentes, donde su capital, su técnica y su gestión son más necesarios que nunca".
Frente a los mercados emergentes y a la "alternativa válida" que a su juicio suponen las adquisiciones selectivas, Botín resalta su rotundo escepticismo respecto a las fusiones transfronterizas en Europa, dado que aún queda barreras regulatorias, fiscales y culturales que dificultan el funcionamiento del mercado único continental. Incluso si no existieran estas barreras, añade el presidente del banco español, "una fusión transfronteriza puede crear más problemas que los que venga a resolver", ya que no son posibles ahorros significativos de costes con la integración de las redes y las culturas de gestión serían bien distintas.
Pese a todo, Botín señala que la necesaria diversificación internacional de la banca -un camino que es obligado para unas entidades que tendrán grandes excedentes de capital en los próximos años- debe hacerse prudentemente. El presidente del Santander cita un estudio de Citigroup Smith Barney, que prevé la creación de más de 84.000 millones de euros de exceso de capital por parte de los bancos europeos en los próximos tres años. El reto, añade Botín, es cómo utilizar estos capitales excedentarios para crear valor, ya que "es en momentos como estos, ante la inexistencia de opciones estratégicas obvias, cuando pueden cometerse errores".
Botín se muestra convencido de que, por el contrario, los grandes bancos internacionales disponen aún de oportunidades de consolidación en sus mercados domésticos, así como en los mercados emergentes, que "pueden producir en el futuro un aumento de la rentabilidad y de creación de valor". El presidente del Grupo Santander apuesta por que las nuevas normas contables y de capital que entren en vigor en los próximos años (NIC y Basilea II) "no penalicen a las instituciones que apuestan por los mercados emergentes, donde su capital, su técnica y su gestión son más necesarios que nunca".
Frente a los mercados emergentes y a la "alternativa válida" que a su juicio suponen las adquisiciones selectivas, Botín resalta su rotundo escepticismo respecto a las fusiones transfronterizas en Europa, dado que aún queda barreras regulatorias, fiscales y culturales que dificultan el funcionamiento del mercado único continental. Incluso si no existieran estas barreras, añade el presidente del banco español, "una fusión transfronteriza puede crear más problemas que los que venga a resolver", ya que no son posibles ahorros significativos de costes con la integración de las redes y las culturas de gestión serían bien distintas.
Pese a todo, Botín señala que la necesaria diversificación internacional de la banca -un camino que es obligado para unas entidades que tendrán grandes excedentes de capital en los próximos años- debe hacerse prudentemente. El presidente del Santander cita un estudio de Citigroup Smith Barney, que prevé la creación de más de 84.000 millones de euros de exceso de capital por parte de los bancos europeos en los próximos tres años. El reto, añade Botín, es cómo utilizar estos capitales excedentarios para crear valor, ya que "es en momentos como estos, ante la inexistencia de opciones estratégicas obvias, cuando pueden cometerse errores".