L D (EFE) Llegó a la entidad que preside Horacio Gómez hace veinte meses con una difícil misión: suplir a Víctor Fernández bajo cuya dirección realizó el Celta quizás el mejor fútbol de su historia. Lo hizo en plan modesto, pero también con las máximas expectativas y logró conjuntar una plantilla competitiva.
Y con él en el banquillo se obró el milagro de situar al equipo por vez primera en sus 80 años de vida en la Liga de Campeones, el sueño que parecía imposible en un equipo que disfrutó de magníficas épocas cuando en su plantilla dispuso de jugadores como Cañizares, Míchel Salgado, Makelele, Mazinho, Ito, Otero, etcétera. La empresa no era fácil para el primer club gallego que logró competir en Europa (año 1971) y Lotina, arropado por una plantilla muy aceptable, con Mostovoi como jefe de filas, obró el milagro.
Tomar parte en la máxima competición continental, en la que aún está inmerso, situó al Celta entre los mejores equipos europeos, además de mantener ilusión por seguir en la Copa del Rey, pese al 4-2 de Mendizorroza que sitúa al Alavés como favorito para estar en semifinales, a falta del partido de vuelta que decidirá la eliminatoria el próximo miércoles en Balaídos. Pero donde está fallando estrepitosamente el conjunto celeste es en el campeonato de liga español. El estrepitoso 2-5 de la última jornada ante la Real Sociedad fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los dirigentes célticos, que le llevaron a tomar la determinación de destituir a Lotina de la dirección técnica.
El Celta está abocado a los puestos de descenso y por eso el equipo que dirige Horacio Gómez tomó la decisión para tratar de encontrar un revulsivo que le pueda sacar del pozo. Aunque son los jugadores los que pierden y los que ganan los partidos, como bien reconocía el defensa brasileño Sylvio Campos, Sylvinho , también es cierto que cuando la situación parece tocar fondo la cuerda rompe por el lugar más débil, y ese es el que en cada club ocupa el entrenador.
Horacio Gómez y Miguel Ángel Lotina han querido restar dramatismo a la difícil situación y ambos comparecieron en conferencia de prensa para informar de la destitución y pedir el máximo apoyo para que las cosas no se tuerzan más. El presidente fue rotundo al afirmar que el técnico vizcaíno llegó y se va "como un señor", que es un día triste para el celtismo y que el fútbol proporciona muchas grandezas pero también estas miserias. Lotina, que después de perder contra la Real aseguró que se sentía con fuerzas de sacar adelante la situación, participó con parte de la plantilla en un partidillo, sin duda porque no se temía la fatal resolución que ya había decidido el consejo de administración.
Pero también se sinceraba en su encuentro con los periodistas y tras solicitar "el máximo apoyo" para el nuevo técnico aseguraba que si en los primeros tiempos le había costado adaptarse a la ciudad, se lamentaba de que "cuando mejor estábamos mi familia y yo nos tenemos que ir". De héroe a villano en apenas unos meses para un entrenador modesto del pelotón español que habrá de buscar nueva singladura en otro club. Mientras, el Celta que está abocado a su difícil continuidad en Copa y con máximas expectativas para pasar de octavos en la Liga de Campeones, se ve en la obligación de enderezar su rumbo en un campeonato que se le ha puesto muy difícil.
Y con él en el banquillo se obró el milagro de situar al equipo por vez primera en sus 80 años de vida en la Liga de Campeones, el sueño que parecía imposible en un equipo que disfrutó de magníficas épocas cuando en su plantilla dispuso de jugadores como Cañizares, Míchel Salgado, Makelele, Mazinho, Ito, Otero, etcétera. La empresa no era fácil para el primer club gallego que logró competir en Europa (año 1971) y Lotina, arropado por una plantilla muy aceptable, con Mostovoi como jefe de filas, obró el milagro.
Tomar parte en la máxima competición continental, en la que aún está inmerso, situó al Celta entre los mejores equipos europeos, además de mantener ilusión por seguir en la Copa del Rey, pese al 4-2 de Mendizorroza que sitúa al Alavés como favorito para estar en semifinales, a falta del partido de vuelta que decidirá la eliminatoria el próximo miércoles en Balaídos. Pero donde está fallando estrepitosamente el conjunto celeste es en el campeonato de liga español. El estrepitoso 2-5 de la última jornada ante la Real Sociedad fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los dirigentes célticos, que le llevaron a tomar la determinación de destituir a Lotina de la dirección técnica.
El Celta está abocado a los puestos de descenso y por eso el equipo que dirige Horacio Gómez tomó la decisión para tratar de encontrar un revulsivo que le pueda sacar del pozo. Aunque son los jugadores los que pierden y los que ganan los partidos, como bien reconocía el defensa brasileño Sylvio Campos, Sylvinho , también es cierto que cuando la situación parece tocar fondo la cuerda rompe por el lugar más débil, y ese es el que en cada club ocupa el entrenador.
Horacio Gómez y Miguel Ángel Lotina han querido restar dramatismo a la difícil situación y ambos comparecieron en conferencia de prensa para informar de la destitución y pedir el máximo apoyo para que las cosas no se tuerzan más. El presidente fue rotundo al afirmar que el técnico vizcaíno llegó y se va "como un señor", que es un día triste para el celtismo y que el fútbol proporciona muchas grandezas pero también estas miserias. Lotina, que después de perder contra la Real aseguró que se sentía con fuerzas de sacar adelante la situación, participó con parte de la plantilla en un partidillo, sin duda porque no se temía la fatal resolución que ya había decidido el consejo de administración.
Pero también se sinceraba en su encuentro con los periodistas y tras solicitar "el máximo apoyo" para el nuevo técnico aseguraba que si en los primeros tiempos le había costado adaptarse a la ciudad, se lamentaba de que "cuando mejor estábamos mi familia y yo nos tenemos que ir". De héroe a villano en apenas unos meses para un entrenador modesto del pelotón español que habrá de buscar nueva singladura en otro club. Mientras, el Celta que está abocado a su difícil continuidad en Copa y con máximas expectativas para pasar de octavos en la Liga de Campeones, se ve en la obligación de enderezar su rumbo en un campeonato que se le ha puesto muy difícil.