L D (Agencias) Durante una reunión con economistas en la Casa Blanca, Bush ha argumentado ante un grupo de periodistas que, no obstante, tanto las conclusiones actuales como las previas a la guerra coinciden en que "Sadam Husein era un peligro creciente".
Las declaraciones de Bush se produjeron en medio de una creciente polémica tras las declaraciones de David Kay, ex inspector de armas en Irak a sueldo de la CIA, quien ha dicho que tiene la certeza casi absoluta de que Irak no tenía armas prohibidas antes de la guerra.
Las declaraciones de Bush se produjeron en medio de una creciente polémica tras las declaraciones de David Kay, ex inspector de armas en Irak a sueldo de la CIA, quien ha dicho que tiene la certeza casi absoluta de que Irak no tenía armas prohibidas antes de la guerra.
La existencia de esas armas prohibidas, sumada a la acusación de que Sadam podía disponer de armamento nuclear en un año, fueron parte de los argumentos esgrimidos por Estados Unidos y el Reino Unido antes de la guerra. No obstante, en las fechas previas al conflicto ningún país occidental –ni siquiera Alemania o Francia– dudaba de que Sadam Husein tuviera dichas armas, ya que la ONU le exigió repetidamente que demostrara que las había destruido y nunca lo hizo.
A pesar de la campaña de propaganda orquestada por numerosos medios de comunicación, que insisten en que la carga de la prueba contra Sadam estaba en la existencia de armas de destrucción masiva, la duda esencial que se planteó en el Consejo de Seguridad de la ONU antes de la guerra no fue esa, sino si aquel era el momento más adecuado para desarmar a Sadam por la fuerza o si, por el contrario, la ONU debía esperar hasta que el dictador diera las explicaciones que se le estaban exigiendo reiteradamente y que nunca cumplimentó.