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La Academia vuelve a olvidarse del cine para hacer campaña a favor del victimismo de Medem

Como ya ocurrió el pasado año, la Academia ha dejado en un segundo plano al cine y, en tiempos electorales, ha hecho su campaña particular con un apoyo, disfrazado de defensa de la libertad de expresión, al director Julio Medem. La triunfadora ha sido Icíar Bollaín; la puesta en escena de la gala, más que discreta.

Como ya ocurrió el pasado año, la Academia ha dejado en un segundo plano al cine y, en tiempos electorales, ha hecho su campaña particular con un apoyo, disfrazado de defensa de la libertad de expresión, al director Julio Medem. La triunfadora ha sido Icíar Bollaín; la puesta en escena de la gala, más que discreta.

L D (EFE) La gala comenzó en la calle, con la protesta a las puertas del Palacio Municipal de Congresos de Madrid de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Cientos de personas se manifestaron para exigir al mundo del cine que se pusiera una pegatina con el lema "ETA NO" y para expresar su rechazo a la película de Julio Medem "La pelota vasca. La piel contra la piedra", que finalmente se fue de vacio.

La respuesta de los actores y directores a esta petición pasó desapercibida. Muy pocos fueron los que lucieron la pegatina contra el terrorismo etarra; el diseño de la del pasado año contra la guerra no estropeaba tanto el vestuario de los asistentes. Si no hubo respuesta de la Academia a esta solicitud de la AVT, sí que hubo una claro posicionamiento del organismo que preside Mercedes Samprietro a favor de Julio Medem. Lo mismo hicieron algunos de los premiados, con dedicatoria especiales al director vasco. Hubo quien volvió a aprovechar también su intervención para hacer campaña electoral. Las alusiones al cine fueron escasas y la autocrítica, un espejismo.

Pitos de la AVT para Medem

Una vez dentro del recinto, y tras recibir una pitada sonora de la AVT, Julio Medem volvió a recurrir al victimismo: "No me pongo la pegatina porque me han calumniado". Con el respaldo de la Academia, dijo que "todo esto" responde "a una estrategia política electoralista con tintes de fascismo. El PP y el Gobierno están manipulando con todo el descaro del mundo". La Plataforma Cultura Contra la Guerra también quiso hacerse oír y  repartió, con más éxito que las víctimas, pegatinas con el texto: "No al terrorismo. Sí a la libertad de expresión", lema que exhibieron nominados como Juan Diego, Icíar Bollaín o María Valverde.

Otra gala, otra consigna

En el primer tramo de la gala no hubo alusión alguna a la polémica previa ni se nombró la libertad de expresión, pero al igual que el año pasado, en esta ocasión también había consigna: el respaldo a Medem camuflado de defensa de la libertad de expresión. Una consigna que hizo suya la presidenta en funciones de la Academia. Mercedes Sampietro quiso modificar el discurso previsto y escrito hace diez días para señalar que "la Academia reitera, una vez más, su defensa incuestionable de la libertad de expresión y su rechazo absoluto a cualquier forma de censura de la obra de creación". Sampietro estuvo acompañada en el escenario por los ex presidentes de la Academia José Luis Borau, Antonio Giménez Rico, Gerardo Herrero, Aitana Sánchez Gijón y Marisa Paredes.

Un tema del inmortal Gershwin en un escenario blanco con aires de club decadente y algo pasado de moda, con orquesta en directo y un repaso en imágenes de las anteriores diecisiete galas de los Goya, comenzó una ceremonia dirigida por Juan Luis Iborra, dedicada al cine latinoamericano y presentada por Cayetana Guillén Cuervo y Diego Luna, y presidida por la ministra de Cultura, Pilar del Castillo, y el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.

Corporativismo "pegado"

Icíar Bollaín, en su primera subida al escenario, para recoger el Goya al mejor guión original junto a Alicia Luna, aprovechó la ocasión para recordar "a las víctimas de los malos tratos, a las de una guerra injusta, a las víctimas de ETA" y decir: "hay muchas formas de terrorismo, pero hay una sola de libertad de expresión. Vamos a cuidar la libertad de expresión". Pero el discurso más encendido llegó de la mano de Luis Tosar, Goya a la mejor interpretación masculina protagonista, por "Te doy mis ojos", quien después de sus agradecimientos a la Academia y a Icíar Bollaín, hizo especial mención al que, dijo, era el "leit motiv" de la noche, la libertad de expresión. "Está muy bien, pero para todos. Quiero brindar este Goya a un compañero que por hacer uso de ella se le han echado encima y ha pasado momentos muy duros. A Julio Medem".

Héctor Alterio recibió el Goya de Honor de manos de sus hijos, los también actores Ernesto y Malena Alterio, y, después de las habituales dedicatorias a la Academia y a su familia, declaró: "Estoy decididamente por la libertad de expresión" y manifestó su deseo de gozar de "salud para poder seguir ejerciendo la profesión".


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