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INFORME: AID, plataforma de intelectuales y contertulios contra el "recorte de libertades"

El periodista Carlos Carnicero cree que "si Lenin levantara la cabeza, se iría a jugar al pádel con Aznar". Este es uno de los documentos que se presenta en el origen de una nueva plataforma autodenominada "de intervención democrática". La forman artistas, escritores y rectores de universidad. Las tertulias de la SER y las columnas de El País están altamente representadas. Acusan al PP poco menos que de destruir la democracia y, partiendo de la masacre de Manhattan, dicen que el 11-S se ha convertido en una "coartada", para lanzar una "ofensiva a escala mundial contra las garantías y los derechos de los ciudadanos".

(Libertad Digital) En el Manifiesto inicial de esta nueva plataforma – toda una declaración de intenciones anti PP– se parte del más cruento ataque terrorista de la historia en tiempos de paz para tratar de demostrar que resulta peor el remedio que la enfermedad.
 
Lo expresan con estos términos: "El clásico binomio libertad-seguridad, central para el desarrollo de la democracia, se ha desequilibrado en beneficio de la seguridad y en detrimento de la libertad. La historia nos demuestra que cuando esto ocurre se producen regresiones en el progreso y bienestar de los ciudadanos". Pese a que en su revisión histórica, los intelectuales no reparan en la Segunda Guerra Mundial, su Manifiesto insiste en que, tras el 11-S, "la utilización de la fuerza y la lógica de la guerra se justifican por encima de cualquier límite legal y democrático y pretenden legitimar lo que no son más que arbitrariedades generadoras de inseguridad e injusticia".
 
La nueva plataforma traduce su premisa en lo que consideran "la contrarreforma de la democracia a la que estamos asistiendo, que se traduce en menos libertad y mayor desigualdad, acompañadas de un creciente deterioro de las instituciones". En nueve puntos, dejan el gobierno del PP al borde del ejercicio de la dictadura.
 
Los tiempos de la Guerra Civil, "manipulados"
 
Sorprende la acusación recogida en el punto séptimo, según el cual "La historia que se fomenta desde las esferas del poder manipula nuestro pasado y es sectaria en referencia al período más próximo. Se enaltece lo más impresentable de nuestra historia, mientras se niega cualquier reconocimiento a quienes lucharon por la libertad. No sólo no se propician los valores de la democracia sino que, por el contrario, se entronca cada vez más con una concepción reaccionaria de España que recuerda tiempos nefastos". Es decir, una clara referencia a la Guerra Civil –que no quieren nombrar– y que hasta hace bien poco, contaba con una versión única que empezaba siempre en 1936.
 
Los dos primeros puntos se centran en acusar al gobierno de aliarse con "los belicistas" en contra "del sentir pacífico y sensato de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles y del mundo". Reprochan asimismo el lazo atlántico contra el que insisten en proponer que Europa se sitúe frente a EEUU, curiosamente justificado en la "tradicional postura europeísta". Pasan después a criticar que el PP deslegitima las instituciones, en referencia sobre todo a las cámaras. Para el Senado abogan por su conversión en una cámara de representación territorial, asunto que, por otra parte, defiende también el PP. Respecto al Congreso, opinan que el Gobierno no se deja controlar. En ese sentido –y siguiendo la premisa inicial de este nuevo colectivo– tampoco reparan en que José María Aznar ha comparecido en innumerables ocasiones para dar cuenta de la postura oficial respecto a Irak, muy al contrario de lo sucedido en el Ejecutivo de Felipe González cuando apoyó la primera guerra del Golfo.
 
El resto del Manifiesto se centra en criticar el uso del "poder mediático", la utilización "abusiva del Fiscal General del Estado y la depuración de la Fiscalía anticorrupción" o el daño infligido a la "cohesión territorial" por legislar el "delito político". Muestran su rechazo al Plan Ibarretxe pero en ningún caso destacan que la trama política de ETA ya no existe ni se la puede votar. Defienden que "las relaciones entre el gobierno del Estado y el de algunas nacionalidades históricas nunca han estado tan deterioradas como ahora". Y ese deterioro, según exponen, es culpa del Gobierno del PP.
 
Alta representación de la cadena SER y el diario El País
 
La nueva plataforma distingue entre "promotores" y "firmantes". Entre los primeros figuran los periodistas Santiago Belloch –hermano del biministro del PSOE y alcalde de Zaragoza–, Carlos Carnicero o José María Ridao, todos ellos contertulios del programa Hora 25 de la cadena SER. Figura también la escritora Almudena Grandes y el pintor Juan Genovés (que aporta también su estilo al logotipo de la asamblea) y destaca la presencia del diplomático Fernando Valderrama, ex encargado de negocios de España en Irak y que protagoniza todavía con sus habituales declaraciones una batalla personal contra Exteriores en general y contra Ana Palacio en particular. Son también promotores, los rectores de las universidades Autónoma y Complutense de Madrid, Ángel Gabilondo y Carlos Berzosa, respectivamente.
 
De los firmantes cabe destacar al periodista Miguel Ángel Aguilar, también contertulio de Hora 25, así como a Ramón Vargas, Juan José Millás, Alberto Oliart, Javier Rioyo o Fernando Schwartz, habituales de Hoy por Hoy, de Iñaki Gabilondo. El diario El País aporta, entre otros, a Javier Cercas, Joaquín Estefanía y la ya citada Almudena Grandes que, en su caso, figura como promotora.
 
Del mundo musical, firman el manifiesto el matrimonio Ana Belén-Víctor Manuel –ella fue la musa de Gallardón para promocionar las bondades de la Comunidad de Madrid–, Miguel Ríos y Joaquín Sabina, entre otros. La cuota de cine está representada por José Luis Borau, Agustín Díaz Yanes, Gracia y Elías Querejeta,  Fernando Trueba y Montxo Armendáriz. No faltan representantes de asociaciones de fiscales y jueces autodenominadas "progresistas".
 
Todos ellos dicen que "ante la grave situación planteada, desde la Asamblea de Intervención Democrática, hacemos un llamamiento a todos los sectores sociales para que se opongan activamente a este proceso de regresión democrática. Y a que los profesionales que compartan nuestra opinión se incorporen a esta iniciativa cívica en favor de una democracia de calidad".

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