Todo listo en Sevilla para la disputa de la Copa del Rey de baloncesto

L D (EFE) La Copa se supera a sí misma -y ya es difícil- temporada tras otra. En esta ocasión no podía ser menos. Una conjunción de factores coyunturales ha inscrito el certamen sevillano dentro de los parámetros que conforman el arquetipo del torneo ideal, hecho a la medida, adornado con los requisitos oportunos para convertirse en el espectáculo deportivo total.

Uno de los axiomas forjados a través de varios años indica que la Copa no es la competición idónea para confiar en los pronósticos. Pocas veces han acertado, muy pocas. Arriesgarse en una previsión sobre el equipo que levantará el trofeo de campeón en el remozado pabellón San Pablo parece casi una temeridad porque las circunstancias que rodean esta fase final lo impiden.

El Tau Cerámica y el Barcelona, que debían partir como grandes favoritos, despiertan dudas. Los vitorianos mantienen el liderato liguero que forjaron a partir de una racha ininterrumpida de triunfos durante las primeras catorce jornadas. Sin embargo, su rival en cuartos, el Estudiantes, logró vencerle a domicilio por primera vez en la temporada en la vigésima primera jornada. En el siguiente compromiso ante los suyos el Tau también sucumbió con el Real Madrid como ejecutor.

Es decir, que el equipo del serbio Dusko Ivanovic ha perdido la aureola de invencible que había levantado a su alrededor. Otro tanto de lo mismo le sucede al Barcelona. A pesar de acudir a orillas de Guadalquivir como defensor del título y de figurar como tricampeón de la pasada temporada, el conjunto del también serbio Svetislav Pesic se ha mostrado vulnerable en las últimas semanas. De hecho, aunque en el único enfrentamiento de esta campaña contra el Real Madrid, su oponente en cuartos, logró imponerse por 81-88 sin el concurso de Dejan Bodiroga, el MVP de la pasada edición copera, vuelve a encontrarse con los blancos sin que nadie se atreva a apostar firmemente por su victoria. El Estudiantes desafía al Tau porque le ha ganado en el Buesa Arena y en la Liga sigue una serie que le ha situado en cuarta posición. La solidez del baloncesto que desarrolla y el hecho de haber tenido al propio Barcelona 33 puntos por debajo una semana después de desbancar al Tau en Vitoria también le meten en la quiniela del título. El caso del Real Madrid sigue una tendencia similar.

 

 

El Barcelona acumula seis títulos de Copa en la etapa ACB y diecinueve en total. Los madridistas conservan el liderazgo en campeonatos coperos -veintidós-, pero con la Asociación de Clubes ha conquistado dos menos que su gran rival. Las tres veces que ambos conjuntos se han encontrado en las eliminatorias de (León´97, Vitoria 2000 y Valencia 2003) el triunfo correspondió a los chicos del Palau. En 2001, con el italiano Sergio Scariolo y el inagotable Aíto García Reneses en los banquillos, Pau Gasol y Roberto Dueñas subrayaron el dominio azulgrana ante los blancos en la Copa con una exhibición en la final. Bien, pues nada de eso ha evitado que el Real Madrid, por primera vez en mucho tiempo, se haya ganado la consideración ajena y muchos apuesten por su éxito frente a los barcelonistas. Incluso los técnicos de los diez equipos ACB sin sitio en la Copa le han situado al frente de sus pronósticos junto al mismísimo Tau.

Las otras dos eliminatorias tampoco ayudan a los amantes de los vaticinios. Entra dentro de la lógica porque, entre otras cosas, entre los ocho candidatos hay siete -todos menos el anfitrión, el Caja San Fernando- que saben lo que es ganar este título. El Joventut y el Ricoh Manresa, protagonistas del derbi catalán que abre el fuego del torneo, se han enfrentado tres veces en la Copa ACB y todas ellas se saldaron con triunfo verdinegro. El historial copero entre ambos conjuntos también contempla una semifinal en Valladolid'98 y, como siempre, victoria de los badaloneses. El Manresa ha ostentado durante muchas semanas la condición de equipo revelación de la ACB al lado de los más grandes. En cambio, de un tiempo a esta parte, ha perdido pegada y ha caído desde la cuarta hasta la sexta posición. El Joventut, no obstante, ha marcado una trayectoria repleta de picos de sierra. El carácter verdinegro es así, capaz de dar vuelcos vertiginosos para lo bueno y para lo malo. O sea, tampoco hay posibilidad de pronunciarse sobre el desenlace de manera medianamente equilibrada.

Falta el interesante choque entre el Caja San Fernando, que también ha funcionado a tirones todo el ejercicio, y el Pamesa Valencia. Hace cinco años, en el 99, los sevillanos apearon de la lucha por el título a los valencianos, que ejercían de anfitriones, con un ajustado 58-57. El Pamesa es uno de los equipos que ha incorporado nuevos elementos a su plantilla. La llegada del base estadounidense Robert Pack en el lugar del croata Marko Popovic aporta experiencia y calidad NBA al vigente campeón de la ULEB. En el Barcelona acaba de incorporarse el danés Christian Drejer y el Madrid, aunque con cierto adelanto, ha hecho una gran maniobra con la contratación del irlandés Pat Burke. Por tanto, pronósticos imposibles, plantillas reforzadas, estrellas de diferente nacionalidad y condición, momentos de forma dispares, derbis, afluencia masiva de espectadores, un título en juego y todo el encanto de la Copa se dan cita en Sevilla. El espectáculo merece la pena.