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El Tau se impone al Estudiantes para acceder a semifinales de la Copa del Rey (89-83)

Una gran actuación de Andrés Chapu Nocioni, autor de 24 puntos, ha permitido al Tau Cerámica derrotar al Adecco Estudiantes y clasificarse para semifinales de la Copa del Rey. El conjunto de Dusko Ivanovic se medirá ahora al equipo anfitrión, el Caja San Fernando, que ha protagonizado la sorpresa de la jornada al superar al Pamesa Valencia. FC Barcelona y DKV Joventut disputarán la otra semifinal.

L D (EFE) Si alguna eliminatoria de esta edición copera ofrecía pronóstico imposible esa era la que enfrentaba a colegiales y vascos. El equilibrio que se presumía de antemano quedó completamente confirmado desde el mismo salto inicial.

Tau y Estudiantes disputaron un cara a cara sin concesiones, uno de esos donde los errores no se perdonan. Los madrileños fueron los primeros en ganar al Tau a domicilio en la Liga, último precedente entre ambos, pero entonces no jugó el italo-argentino Andrés Nocioni. En Sevilla si estaba el internacional albiceleste y, desde luego, su presencia se dejó notar y mucho. Nocioni construyó junto a su compatriota Luis Scola y el lituano Arvidas Macijauskas el triángulo de oro del Tau, un tridente inagotable en la producción ofensiva que convirtió 34 de los 50 puntos anotados por la formación alavesa en los dos primeros cuartos.

El Estudiantes, con Felipe Reyes como principal referente atacante, repartió más los recursos atacantes, pero sin encontrar tanta continuidad y solidez como el Tau, al menos a partir del primer cuarto, que acabó con un elocuente 22-22, prueba inequívoca de la igualdad reinante sobre la pista. La escuadra vitoriana tardó bastante en hacer valer la eficacia de sus martillos percutores, pero cuando lo hizo, en medio de un choque de mucha velocidad, defensas de hierro y una tremenda lucha por los rebotes dentro de la pintura, abrió un cómodo hueco con casi diez puntos de diferencia al final del segundo tramo (50-41).

El mayor acierto de los vascos en el triple hasta ese momento (6/11) y su ventaja en la pelea por los rechaces le permitieron cobrar una renta de tanto valor en un partido de semejantes características. Nada cambió a la vuelta de los vestuarios. Scola, Nocioni y Macijauskas siguieron en su papel y el Estudiantes en el suyo, o sea, con Reyes como sostén de todo su juego y la persistente ceguera en los triples, aunque sin descolgarse. Bueno, sin descolgarse y sin acercarse tampoco (59-50 m.26). En esa dinámica estaba claro que la cuerda iba a romperse antes o después. Para dar batalla al Tau hace falta bastante más y, por unos minutos, el Estudiantes se empastó.

La pájara no le duró mucho, pero lo suficiente para permitir que los alaveses dieran un estirón importante (64-51 m.28), en gran medida también porque hasta los tiros libres se le atragantaron al equipo de José Vicente Hernández. Tampoco es que los colegiales estuvieran jugando un mal partido, sólo que les faltaban cosas para seguir el ritmo endiablado de los líderes de la ACB. Además, quedaba tiempo por delante y algunas de esas cosas que necesitaban surgieron de golpe a partir de una defensa en zona. Al cabo de treinta minutos, un triple de Carlos Jiménez prácticamente sobre la bocina ponía de nuevo la eliminatoria en el aire (66-62) con el último cuarto aún por delante para decidir el último semifinalista de la Copa 2004, al que aguardaba muy atento el Caja San Fernando.

El Tau dio un nuevo giro de tuerca nada más arrancar el cuarto final con muy mal aspecto para los intereses madrileños (74-65), aunque sin poder considerarlo todavía decisivo. Sin embargo, lo fue, y lo fue porque tuvo el efecto de sembrar de precipitación las acciones rivales. El Estudiantes buscó movimientos para conseguir aclarados en favor de Carlos Jiménez y Nikola Loncar en el arco de triples al objeto de limar diferencias. Logró abrir los espacios, pero no acertar con los tiros. La falta de puntería y la inexorable cuenta atrás del reloj formaron un cóctel letal para la formación del Ramiro de Maeztu. Con 79-67 a cuatro minutos de la bocina el Tau empezó a sentirse semifinalista y los colegiales a verse eliminados. El único recurso a su alcance ya no podía ser otro que ir a la desesperada, pero tampoco les valió. El Tau había jugado mejor, había sido superior y el marcador sólo reflejó la auténtica realidad. El líder de la ACB sigue en la brecha.

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