L D (EFE) Alexandre, como presidente del Tribunal Supremo, asumió el cargo tras la salida del país del que fuera presidente Jean-Bertrand Aristide, tal y como establece la Constitución.
En su discurso, el presidente recordó que nunca había ejercido cargo político alguno porque "nunca he tenido ambiciones políticas", y se comprometió a "restablecer la ley del Estado y su funcionamiento normal y regular".
Las prioridades de su tarea, insistió en varias partes de su discurso, serán, además de buscar la reconciliación y preparar la celebración de elecciones "para que el pueblo decida", el restablecimiento de la seguridad en el país y poner en marcha un plan nacional humanitario urgente. Añadió que la elecciones deben servir "para salir de esta crisis social, política, de justicia y moral, que nos ha puesto al borde de la guerra civil".
El Gobierno que se forme esta semana, según los previsto, una vez los siete miembros del "consejo de sabios" nombre al nuevo primer ministro, debe ser, dijo el presidente, "de reconciliación nacional, con acuerdo de todos los partidos políticos". Instó también a todos los rebeldes, mencionando expresamente a los partidarios del depuesto presidente Aristide (del partido Familia Lavalas), a "deponer las armas", pero al tiempo se mostró "abierto a todos los que quieran formar parte de la solución de este país".
Al mencionar el desarme de los rebeldes, Alexandre denunció "con la mayor firmeza a los responsables de los crímenes de ayer" (por el domingo) y prometió que hará lo posible para llevarlos ante la Justicia. La oposición a Aristide celebró una multitudinaria manifestación este domingo en la que se produjeron tiroteos cerca del Palacio Presidencial en los que murieron seis personas, entre las que se encuentra el periodista español Ricardo Ortega, de la cadena de televisión Antena 3 TV. De los tiroteos se ha responsabilizado a las bandas violentas partidarias de Aristide, los temidos "chimeres".
No se olvidó el presidente de agradecer a la comunidad internacional por la "solidaridad" mostrada con Haití, una solidaridad que dijo estar seguro de poder contar con ella, lo que "demuestra que formamos parte de la gran familia internacional". También agradeció especialmente la labor de las tropas de Estados Unidos, Francia, Canadá, Brasil y Chile, que se encuentran en el país, y que "continuarán desplegándose junto a la Policía Nacional, que intensificará sus labores para recuperar el orden".
Por último hizo un llamamiento a sus compatriotas, a quienes prometió ser el "presidente de la reconciliación nacional", para "aprender a vivir juntos", porque "no somos más que un solo país, un barco que si naufraga, todos nos hundiremos con él".