L D (EFE) A la ceremonia de la firma, celebrada en el Ministerio de Asuntos Exteriores en kabul, acudieron los miembros de su Gobierno, mandos militares afganos y de las tropas extranjeras destacadas en Afganistán, y diplomáticos de diversos países.
La nueva Constitución afgana tiene 161 artículos en 12 capítulos y se atiene en esencia al borrador, de carácter presidencialista, presentado por el Gobierno a la Loya Yirga, que debatió el texto durante dos semanas, ya que un importante sector apoyaba un sistema con fuerte control parlamentario. Las deliberaciones para su aprobación dejaron claro que hay diferentes posturas políticas en el país y que las distintas etnias, tribus y clanes mantienen fuertes rivalidades.
Los caudillos, aunque tuvieron que admitir que el sistema sea presidencialista, como quería Karzai, consiguieron que el Gobierno tenga dos vicepresidentes, lo que permitirá que algunos de ellos estén en puestos influyentes del Ejecutivo, y que el Parlamento tenga poder para vetar algunas decisiones. Además, han conseguido que se cree una Comisión de Seguimiento del desarrollo constitucional e introducir un artículo que señala que las leyes no serán contrarías a la tradición musulmana, fórmula que, en opinión de los defensores de los derechos humanos, podría servir para introducir la "sharia" o ley islámica sin citarla.
El obstáculo final para acordar la nueva Constitución dejó clara la división tribal y étnica, pues fue un fuerte enfrentamiento entre la mayoría pastún, por un lado, y las minorías uzbeka, tayika y hazara, por otro. Esas minorías querían el reconocimiento de sus lenguas, que consiguieron en sus regiones, mientras que la mayoría pastún pretendía que sólo su idioma y el dari fuesen oficiales.
Las mujeres representantes en la Loya consiguieron que el texto en lugar de decir "todos los ciudadanos", la Constitución señalase que "todos los hombres y mujeres son iguales ante la ley", suspicaces del significado que se pudiese dar al término "ciudadano" en una país de tradiciones musulmanas muy conservadoras.
Los caudillos, aunque tuvieron que admitir que el sistema sea presidencialista, como quería Karzai, consiguieron que el Gobierno tenga dos vicepresidentes, lo que permitirá que algunos de ellos estén en puestos influyentes del Ejecutivo, y que el Parlamento tenga poder para vetar algunas decisiones. Además, han conseguido que se cree una Comisión de Seguimiento del desarrollo constitucional e introducir un artículo que señala que las leyes no serán contrarías a la tradición musulmana, fórmula que, en opinión de los defensores de los derechos humanos, podría servir para introducir la "sharia" o ley islámica sin citarla.
El obstáculo final para acordar la nueva Constitución dejó clara la división tribal y étnica, pues fue un fuerte enfrentamiento entre la mayoría pastún, por un lado, y las minorías uzbeka, tayika y hazara, por otro. Esas minorías querían el reconocimiento de sus lenguas, que consiguieron en sus regiones, mientras que la mayoría pastún pretendía que sólo su idioma y el dari fuesen oficiales.
Las mujeres representantes en la Loya consiguieron que el texto en lugar de decir "todos los ciudadanos", la Constitución señalase que "todos los hombres y mujeres son iguales ante la ley", suspicaces del significado que se pudiese dar al término "ciudadano" en una país de tradiciones musulmanas muy conservadoras.