L D (EFE) En el interior de La Almudena los familiares de las víctimas de los más graves atentados sufridos en España, que causaron la muerte de 190 personas, esperaron a que llegaran los dirigentes de más de cincuenta países que quisieron estar este miércoles en el funeral de Estado celebrado en Madrid.
La ceremonia religiosa fue oficiada por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y con él concelebraron el oficio hasta treinta obispos. Al funeral asistieron el presidente del Gobierno español en funciones, José María Aznar, así como miembros de su Ejecutivo y representantes de las más altas instituciones españolas. También estuvieron presentes el próximo presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y miembros de su partido como Felipe González.
El Cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, agradeció al Papa Juan Pablo II, a los jefes de Estado y a las personalidades presentes en el funeral de Estado su cercanía a los familiares de las víctimas del 11-M. "Creo, agregó, que expreso también, sin duda ninguna, los sentimientos más sinceros de SS.MM. los Reyes y de su familia, y del Gobierno en funciones y de las demás autoridades del Estado, de las familias de los fallecidos y de los heridos", así como del pueblo de Madrid y de toda España "agradeciendo de modo particular su presencia aquí a tantas y tan distinguidas personalidades que han querido acompañarnos en estos momentos de dolor en representación de gentes y pueblo amigos de todo el mundo", señaló.
Además, el presidente de la Conferencia Episcopal Española llamó a "no dejarse engañar" en relación a la "verdadera naturaleza" de los objetivos de los terroristas. "Se han propuesto atacar y dañar profundamente la convivencia, concordia y la paz de los españoles y a la vez avanzar en la consecución de uno de sus más importantes objetivos: el de minar progresiva y aceleradamente las bases morales y espirituales sobre las que descansan nuestras sociedades y naciones de raíces cristianas", recordó Rouco durante la homilía.
La familia real saludó uno a uno a los familiares de las víctimas
El Rey, con lágrimas en los ojos, y seguido de la Familia Real, se dirigió a la nave central de la Catedral de La Almudena para dar su pésame a los familiares de las víctimas, al término de la ceremonia religiosa. Durante casi media hora toda la Familia Real recorrió la Catedral banco por banco y saludaron uno por uno a los familiares de las víctimas que habían asistido a los honras fúnebres.
La Reina, muy emocionada, besó a mucho de ellos, al tiempo que les dirigía palabras de consuelo y afecto. El Príncipe y Doña Letizia y las infantas Elena y Cristina y sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, que tampoco pudo contener las lágrimas, también expresaron sus condolencias y mensajes de aliento al medio millar de familiares, a quiénes besaron y abrazaron cálidamente. Durante la ceremonia, Doña Sofía tampoco pudo resistir la emoción cuando familiares de las víctimas se acercaron después de recibir la comunión hasta los Reyes para presentarles sus respetos.
La Reina, muy emocionada, besó a mucho de ellos, al tiempo que les dirigía palabras de consuelo y afecto. El Príncipe y Doña Letizia y las infantas Elena y Cristina y sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, que tampoco pudo contener las lágrimas, también expresaron sus condolencias y mensajes de aliento al medio millar de familiares, a quiénes besaron y abrazaron cálidamente. Durante la ceremonia, Doña Sofía tampoco pudo resistir la emoción cuando familiares de las víctimas se acercaron después de recibir la comunión hasta los Reyes para presentarles sus respetos.
Varios cientos de personas siguieron, en silencio y con lágrimas en los ojos, el funeral a través de las pantallas gigantes instaladas en las Plazas de la Armería y de Oriente y en la Puerta del Sol.