(Libertad Digital) La jugada del PSOE la ha presentado el que será portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, como un "esfuerzo de generosidad" y un "reflejo de la pluralidad" que supone será bien recibido por los votantes. Lo más grave es que Rubalcaba ya ha reconocido que estas decisiones "marcan la pauta que se seguirá en toda la legislatura".
Pese a que ERC se quejaba de no haber estado representado como vocal en la Mesa del Congreso, el reparto de poder parlamentario no le ha dejado en mal lugar. Rubalcaba admite que es "como compensación". Pese a sus ocho escaños en el Congreso, la formación que lidera Carod Rovira no podía formar grupo propio. Las condiciones son: obtener 15 diputados –sin atender a porcentajes–, obtener 5 diputados y el 5 por ciento de los votos a nivel nacional y, por último, conseguir 5 diputados y el 15 por ciento de los votos en sus circunscripciones. ERC no ha llegado al 15 por ciento –se quedó en el 14,16%–necesario en la circunscripción de Barcelona pero parece que eso no le impedirá tener el ansiado grupo.
Llega aquí la "interpretación flexible" que afecta a los que han conseguido constituir grupo –ERC, IU-ICV y CC– comentada por Rubalcaba. El partido de Carod, al no cumplir la requerida concentración, necesitaría o siete escaños o limar decimales. Sin citar de dónde van a salir los diputados de préstamo, el portavoz está convencido de que el propio Reglamento permitirá hacerlo. La clave está en que los prestados no hayan sido rivales electorales. Para Coalición Canaria fue más claro. Sólo necesita dos diputados, y el PSOE propone una fácil solución: lo completará "con diputados que no hubieran competido con la fuerza política de la que se trata, diputados canarios en este caso". Tampoco aclaró cómo completará la carencia de IU-ICV para formar grupo que también incumplen las condiciones. Se limitó a mostrar su convencimiento de que se logrará. En la pasada legislatura CC contó con el préstamo de un diputado de UPN, partido distinto que le permitió tener grupo.
Rubalcaba lamentó la decisión del PP de no sumarse a un acuerdo global de todos los grupos y de defender sus puestos "desde una perspectiva matemática", en función del número de diputados obtenidos en las elecciones. El PSOE ha optado por blindar la sesión de investidura repartiendo poder: CiU e IU, tras obtener plaza como vocales en la Mesa del Congreso se han comprometido –puede que lo hagan por escrito– a no dejar en minoría a los socialistas.