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Un ex inspector de la ONU financió su campaña anti-Bush con dinero de la venta de petróleo iraquí

Scott Ritter, ex inspector de armamento nuclear de la ONU, recibió dinero de un selecto grupo al que la dictadura de Sadam Husein regalaba miles de barriles de crudo procedentes del programa "Petróleo por alimentos", que Naciones Unidas puso en marcha para paliar los efectos en la población iraquí del embargo internacional decretado contra el régimen de Husein. Con ese dinero Ritter financió en 2001 un documental que cuestionaba la política del presidente George Bush en Irak.

Scott Ritter, ex inspector de armamento nuclear de la ONU, recibió dinero de un selecto grupo al que la dictadura de Sadam Husein regalaba miles de barriles de crudo procedentes del programa "Petróleo por alimentos", que Naciones Unidas puso en marcha para paliar los efectos en la población iraquí del embargo internacional decretado contra el régimen de Husein. Con ese dinero Ritter financió en 2001 un documental que cuestionaba la política del presidente George Bush en Irak.
(Libertad Digital) Los periódicos Financial Times (británico) e Il Sole 24 Ore (Italiano) desvelan que Scott Ritter, ex inspector de armamento en Irak, recibió dinero procedente del régimen de Sadam Husein, y que con ese dinero lanzó una campaña contra el presidente George Bush.
 
En la investigación -de la que se hace eco en España el diario de información económica Expansión- se explica que el inspector Ritter, quien ha venido sosteniendo que informaciones de que Husein poseía armamento de destrucción masiva fueron enormemente exageradas, ha admitido haber recibido unos 400.000 dólares del empresario iraquí afincado en Detroit Shakir al-Khafaji para financiar el documental titulado "Arenas movedizas. La verdad sobre la ONU y el desarme de Irak". Según ese trabajo, que levantó una gran polémica en 2001, los inspectores habían "neutralizado" la capacidad militar iraquí.
 
Sin embargo, ha salido a la luz pública que Shakir al-Khafaji pertenece a un grupo al que el régimen de Bagdad concedió millones de barriles de crudo que fueron incluidos en el programa "Petróleo por alimentos", aplicado por la ONU entre 1995 y 2002 para paliar los efectos que entre la población iraquí provocaba el embargo internacional contra Sadam Husein.
 
El petróleo, según se ha demostrado, fue comercializado posteriormente para obtener ganancias millonarias. Il Sole y Financial Times han podido confirmar que tanto Al-Khafaji como su familia incrementaron sus fortunas por esa vía justo en el momento en que se financió el documental, cuya realización hubiera sido imposible sin las aportaciones económicas del empresario iraquí radicado en Detroit. No obstante, ninguna fuente ha podido asegurar que Ritter recibiera dinero que saliera directamente de las compensaciones del crudo iraquí.
 
Al parecer, Al-Khafaji vendió el crudo a Augusto Giangrandi, consejero delegado de la firma italiana Italtech, que posteriormente lo revendió, a cambio de una comisión, a la petrolera Bayoil, con sede en Houston. Se cree que en 2001 Bayoil recogió directamente de oleoductos iraquíes unos 30 millones de barriles.
 
El ex inspector Ritter, que dimitió de su cargo en 1998, ha afirmado que la dictadura de Sadam Husein nunca le ofreció ningún tipo de apoyo cuando se encontraba buscando fondos para el polémico documental. Asimismo, ha dicho que, cuando empezó a circular una lista con los nombres de particulares y empresas que se habían beneficiado por la venta de crudo iraquí incluido en el programa "Petróleo por alimentos", en la cual aparece Al-Khafaji, llamó a éste y le preguntó. Según Ritter, el empresario iraquí le dijo que "nunca había recibido ningún dinero, y que no entendía cómo su nombre podía haber aparecido en la lista".

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