(Libertad Digital) El magistrado, que subió al escenario junto a su hija María, que también leyó con él parte del manifiesto, proclamó que "nadie nos va a callar porque la revolución de la paz ha comenzado" y reafirmó su compromiso personal de no aceptar la guerra y "no resignarse ante ella".
El juez inició su intervención preguntándose dónde está la paz, a lo que él mismo respondió: "La paz está aquí, entre todos nosotros, en las calles, en las casas, en el Parlamento". El magistrado subrayó que frente a los que quieren "callar la voz y la palabra, yo y millones de personas decimos no", y criticó los argumentos de los que quieren "silenciar" a los ciudadanos con afirmaciones "no sólo cobardes, sino mezquinas y de insolidaridad contra las víctimas de la guerra".
También se preguntó, "como ciudadano de un país que se supone libre y democrático", quién debe fijar "cuáles son nuestros intereses", para subrayar a continuación que no es el Gobierno quien debe hacerlo, porque "el rumbo lo marca el pueblo". Para Baltasar Garzón, esta guerra ha supuesto que "el edificio de la ONU está siendo destruido por miles de bombas y misiles lanzados por una decisión arbitraria y unilateral" y por ello apeló a la comunidad internacional para que detenga "esta locura". A su juicio, la herida abierta con este conflicto es de tal gravedad que "difícilmente podrá restañarse", aunque hizo hincapié en que todavía queda "coraje, esperanza y ganas de luchar por la paz".
También se preguntó, "como ciudadano de un país que se supone libre y democrático", quién debe fijar "cuáles son nuestros intereses", para subrayar a continuación que no es el Gobierno quien debe hacerlo, porque "el rumbo lo marca el pueblo". Para Baltasar Garzón, esta guerra ha supuesto que "el edificio de la ONU está siendo destruido por miles de bombas y misiles lanzados por una decisión arbitraria y unilateral" y por ello apeló a la comunidad internacional para que detenga "esta locura". A su juicio, la herida abierta con este conflicto es de tal gravedad que "difícilmente podrá restañarse", aunque hizo hincapié en que todavía queda "coraje, esperanza y ganas de luchar por la paz".