L D (EFE) Las fuerzas estadounidenses se valieron de carros de combate y armas ligeras para expulsar a los mahdi-saderistas del mausoleo del imán Husein, donde se habían hecho fuertes. EEUU está decidido a capturar, vivo o muerto, a Muqtada al Sader, sobre el que pesa una orden de arresto por su presunta implicación en el asesinato de un clérigo chií moderado.
Sader se ha granjeado la enemistad de las figuras religiosas más prominentes del chiísmo iraquí, y varios de sus matones del Mahdi han sido asesinados por un grupo que se hace denominar Ejército Thulfiqar. Los mahdi-saderistas controlan los accesos a la ciudad de Kufa, antaño capital –la primera– del califato abasí y hoy mero arrabal de Nayaf.
Sader se ha granjeado la enemistad de las figuras religiosas más prominentes del chiísmo iraquí, y varios de sus matones del Mahdi han sido asesinados por un grupo que se hace denominar Ejército Thulfiqar. Los mahdi-saderistas controlan los accesos a la ciudad de Kufa, antaño capital –la primera– del califato abasí y hoy mero arrabal de Nayaf.
Según la agencia EFE, el Ejército de EEUU aún no ha capturado a Al Sader por temor a que una escalada de violencia en los lugares más sagrados para los chiíes (Nayaf y Kerbala) puedan soliviantar a este grupo religioso, mayoritario en Irak.
El clérigo prófugo de la Justicia, por su parte, ha cargado contra las fuerzas de la coalición durante la plegaria de este viernes. "¿Qué clase de libertad y de democracia podemos esperar de vosotros que os divertís torturando a prisioneros iraquíes?", se preguntaba Al Sader, ante una multitud congregada para escucharle.
Envuelto en un sudario blanco, símbolo del martirio , pidió que los responsables de los abusos sean entregados a un tribunal iraquí para ser juzgados, y rechazó las disculpas dadas por el presidente George Bush.
"No dejaremos que nos controléis. Seréis expulsados más tarde o más temprano", aseguró Al Sader, que ha conseguido que las mezquitas suníes se unan este viernes a sus plegarias, en lo que se ha denominado "una unión religiosa contra los ocupantes de Irak". En Faluya, bastión de los terroristas suníes, cientos de seguidores del clérigo chií han orado junto a fieles suníes por el fin de la invasión del país.