(Libertad Digital) Poco más de media hora ha durado el discurso de apertura del Pleno del Senado de esta legislatura. La novedad es que ha sido el presidente del Gobierno el encargado de hacerlo, algo que no ocurría desde 1986.
Lo primero, un recuerdo a las víctimas de la masacre de Madrid cuando se cumplen dos meses. Después, José Luis Rodríguez Zapatero, ha prometido que el papel del Senado cambiará bajo su gobierno. Anunció su "predisposición a comunicarme con esta Cámara". La razón: "Soy consciente de presidir un estado compuesto por las autonomías y el Senado como cámara de representación territorial".
Otro de los anuncios, este más formal, fue la celebración anual de un debate sobre el estado de las autonomías que, según lamentó, con el anterior Gobierno sólo se celebró una vez, en 1997. Zapatero entró enseguida en el asunto que centraba el interés: las reformas a las que se ha comprometido con los partidos que le apoyaron en la investidura. Antes, una cita para justificar esa necesidad: Thomas Jefferson. Según Zapatero, todas las generaciones deben tener la oportunidad de revisar el texto de su norma máxima, porque no es inmutable. Para su ejemplo, la Constitución de EEUU es la de mayor vigencia histórica pese a haber sido muchas veces enmendada. Así que, "la nuestra –dedujo– tiene que permitir que le alumbre nuevos brotes.
Según el presidente del Gobierno, la Constitución de 1978 ha sido necesaria para la libertad y el progreso durante 25 años, "pero también se han detectado insuficiencias". El propósito es preparar "con calma, con estudio y con rigor, una reforma de la Carta Magna que revise la regulación de la sucesión en la Corona, que incorpore en su texto una referencia a la futura Constitución Europea, la denominación oficial de todas las comunidades y de las dos ciudades autónomas y que revise la composición y funciones del Senado para que pueda desarrollar la identidad de Cámara Territorial "que le confiere la Constitución".
Los Estatutos de Autonomía
El jefe del Ejecutivo reiteró también que apoyará la reforma de los Estatutos de Autonomía para las que puso dos condiciones: "que respeten el marco constitucional y que obtengan un amplio consenso político y social".
Zapatero, confió en que "nadie se autoexcluya" ni "se sienta excluido" en la reforma prevista de la Constitución y se comprometió a apoyar las reformas de Estatutos de autonomía y a iniciar en la presente legislatura la reforma del modelo de financiación autonómica, que exigirá "diálogo bilateral" y "acuerdo colectivo".
Para destacar que las reformas que le vienen encima no constituirán un peligro para la unidad de España, Zapatero dijo que "el gobierno que presido es el gobierno de España, así se siente, un gran país, ese es su origen y su futuro". En definitiva, y según sus palabras, "diversidad en la unidad". Reiteró también su compromiso de normalizar "el diálogo entre el Gobierno de la nación y los gobiernos de las comunidades autónomas, todos los gobiernos de las comunidades autónomas", remarcó .
Destacó la necesidad de amparar su derecho a "salvaguardar las singularidades que su pertenencia a una comunidad les otorga" y anunció la convocatoria de una "conferencia de presidentes", así como de potenciar el papel de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) a la que encargó un informe anual para debatir en el Senado.
Independencia en RTVE y en la Fiscalía General