L D (EFE) A pesar de que la lluvia no hizo su presencia hasta media mañana, en Valdebernardo, Moratalaz y Vallecas apenas transitaba gente por las calles y tampoco los madrileños siguieron la ceremonia en bares o cafeterías.
Las calles del barrio de Valdebernardo, en el que vivía Doña Letizia hasta el momento de anunciarse su compromiso con el Príncipe Felipe, permanecían vacías y sus antiguos vecinos estaban en sus casas siguiendo la celebración de la boda por televisión. Sólo el conserje, que no es el mismo que trabajaba en el edificio cuando la Princesa de Asturias vivía allí, se encontraba en su puesto de trabajo habitual, aunque eludió hacer declaraciones a los medios de comunicación.
La única vecina con la que Doña Letizia mantenía cierto contacto, Noelia, que vive en la puerta contigua, la describió como "una chica muy discreta y prudente, que apenas hacía vida en el barrio debido a su horario de trabajo y a sus viajes". Noelia dijo que todos los vecinos del edificio estaban muy contentos por el enlace y les deseaban a los novios que sean muy felices. Actualmente, en la antigua casa de Doña Letizia reside ahora su hermana Erika, con su marido y su hija, que esta vecina describió como "una familia muy agradable".
En dos de los escenarios más afectados por los atentados del 11 de marzo, como el Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia, las calles también permanecieron prácticamente vacías y, en comercios y bares, algunos vecinos coincidieron en que el sentir del barrio era favorable a la boda, aunque criticaron el boato excesivo que rodeaba a la ceremonia. Las principales calles de Vallecas, que los sábados por la mañana suelen estar llenas de gente y con atascos de coches, hoy permanecían también prácticamente vacías.
Sólo unas decenas de personas se congregaron en la calle Payaso Fofó, junto al Estadio del Rayo Vallecano, donde Telemadrid instaló una pantalla gigante para seguir la Boda Real, y algunos de los congregados comentaban que no se había facilitado información a los vecinos de la instalación de la pantalla. También los distritos de Moratalaz, Atocha y Vicálvaro permanecieron prácticamente vacíos hasta primera hora de la tarde y sólo se apreciaba la presencia policial en torno a las vías y las estaciones en las que tuvieron lugar los atentados del 11 de marzo.
El norte de Madrid y el barrio de Salamanca siguió la misma tónica de calles vacías sin apenas coches y en el Mercado de la Paz, situado en las inmediaciones de la calle Serrano, que es el más antiguo de Madrid, y donde habitualmente compran la Infanta Elena y la Infanta Pilar, apenas había clientes. Precisamente, en este mercado ayer se organizó un "aperitivo Real" en homenaje a los novios y se instalaron unas pantallas para que los clientes pudiesen seguir la ceremonia en directo.
Los vendedores del mercado, que estaba engalanado con guirnaldas, comentaron que la afluencia de público era "peor que un lunes" y que esperaban recuperar el ritmo normal de los sábados a partir de la una de la tarde. Ya en el norte de Madrid, algunos madrileños, menos que en un sábado habitual, se acercaron al centro comercial La Vaguada, en el barrio de Pilar, donde pudieron seguir en una pantalla la boda.
Esta pantalla fue instalada por el Gobierno de Asturias, a través de la Sociedad Regional de Turismo, que desde hace dos semanas tienen abierto un "stand" de promoción turística del Principado. En otro escenario, como una residencia de ancianos concertada con la Comunidad de Madrid, en Mirasierra, los 130 residentes vivieron la boda con sus mejores galas delante de la televisión y hoy la comida incluye un menú especial, con tarta nupcial.
Las calles del barrio de Valdebernardo, en el que vivía Doña Letizia hasta el momento de anunciarse su compromiso con el Príncipe Felipe, permanecían vacías y sus antiguos vecinos estaban en sus casas siguiendo la celebración de la boda por televisión. Sólo el conserje, que no es el mismo que trabajaba en el edificio cuando la Princesa de Asturias vivía allí, se encontraba en su puesto de trabajo habitual, aunque eludió hacer declaraciones a los medios de comunicación.
La única vecina con la que Doña Letizia mantenía cierto contacto, Noelia, que vive en la puerta contigua, la describió como "una chica muy discreta y prudente, que apenas hacía vida en el barrio debido a su horario de trabajo y a sus viajes". Noelia dijo que todos los vecinos del edificio estaban muy contentos por el enlace y les deseaban a los novios que sean muy felices. Actualmente, en la antigua casa de Doña Letizia reside ahora su hermana Erika, con su marido y su hija, que esta vecina describió como "una familia muy agradable".
En dos de los escenarios más afectados por los atentados del 11 de marzo, como el Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia, las calles también permanecieron prácticamente vacías y, en comercios y bares, algunos vecinos coincidieron en que el sentir del barrio era favorable a la boda, aunque criticaron el boato excesivo que rodeaba a la ceremonia. Las principales calles de Vallecas, que los sábados por la mañana suelen estar llenas de gente y con atascos de coches, hoy permanecían también prácticamente vacías.
Sólo unas decenas de personas se congregaron en la calle Payaso Fofó, junto al Estadio del Rayo Vallecano, donde Telemadrid instaló una pantalla gigante para seguir la Boda Real, y algunos de los congregados comentaban que no se había facilitado información a los vecinos de la instalación de la pantalla. También los distritos de Moratalaz, Atocha y Vicálvaro permanecieron prácticamente vacíos hasta primera hora de la tarde y sólo se apreciaba la presencia policial en torno a las vías y las estaciones en las que tuvieron lugar los atentados del 11 de marzo.
El norte de Madrid y el barrio de Salamanca siguió la misma tónica de calles vacías sin apenas coches y en el Mercado de la Paz, situado en las inmediaciones de la calle Serrano, que es el más antiguo de Madrid, y donde habitualmente compran la Infanta Elena y la Infanta Pilar, apenas había clientes. Precisamente, en este mercado ayer se organizó un "aperitivo Real" en homenaje a los novios y se instalaron unas pantallas para que los clientes pudiesen seguir la ceremonia en directo.
Los vendedores del mercado, que estaba engalanado con guirnaldas, comentaron que la afluencia de público era "peor que un lunes" y que esperaban recuperar el ritmo normal de los sábados a partir de la una de la tarde. Ya en el norte de Madrid, algunos madrileños, menos que en un sábado habitual, se acercaron al centro comercial La Vaguada, en el barrio de Pilar, donde pudieron seguir en una pantalla la boda.
Esta pantalla fue instalada por el Gobierno de Asturias, a través de la Sociedad Regional de Turismo, que desde hace dos semanas tienen abierto un "stand" de promoción turística del Principado. En otro escenario, como una residencia de ancianos concertada con la Comunidad de Madrid, en Mirasierra, los 130 residentes vivieron la boda con sus mejores galas delante de la televisión y hoy la comida incluye un menú especial, con tarta nupcial.