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Petacchi, imparable, logra su octava victoria en el Giro y Popovych sigue líder

El italiano Alessandro Petacchi, del equipo Fassa Bortolo, ha dejado claro que en estos momentos es el rey de las llegadas masivas del Giro de Italia y prueba de ello es que en la decimoquinta etapa ha vuelto a ser el primero por octava vez en lo que va de carrera para dar así un paso más para acercarse al libro de los récords de la carrera.

El italiano Alessandro Petacchi, del equipo Fassa Bortolo, ha dejado claro que en estos momentos es el rey de las llegadas masivas del Giro de Italia y prueba de ello es que en la decimoquinta etapa ha vuelto a ser el primero por octava vez en lo que va de carrera para dar así un paso más para acercarse al libro de los récords de la carrera.

L D (EFE) Petacchi ha vuelto a hacer lo justo. Se dejó llevar por sus compañeros y en el tramo final explotó. Se liberó en las últimas pedaladas del ácido láctico que había acumulado en los muchos kilómetros de viaje entre la ciudad croata de Porec y la italiana de San Vendemiano, con algunos kilómetros por carreteras eslovenas.

El italiano, el ganador casi habitual en la presente edición del Giro, ha invertido en los 234 kilómetros de viaje un tiempo de cinco horas, 59 minutos y 53 segundos, superando un día más al australiano Robbie McEwen, que ha vuelto a ser segundo, aunque en la quinta etapa lograba cruzar la línea de meta en primera posición. La general no sufre cambios en sus primeros puestos y por tercer día consecutivo el ucraniano Yaroslav Popovych sigue al frente con tres segundos de ventaja sobre su compatriota Sergey Honchar, flamante ganador de la contrarreloj del pasado sábado en Trieste.

Ha sido una etapa un tanto atípica y excesivamente larga con 234 kilómetros y con un sinfín de cambios de ritmo y carreteras, pues se inició en el puerto croata de Porec, luego se pasó a territorio esloveno y a partir del kilómetro 82 por autovías italianas. Cambios que alteraron un tanto la metamorfosis de la caravana del Giro, especialmente de sus protagonistas, pues al contrario que en jornadas anteriores se lo tomaron con calma, no tenían prisas por enseñar sus dorsales en las diferentes fronteras y, cuando se produjo la escapada del día, fueron los veteranos los que llevaron la iniciativa.

Fue el italiano Mario Scirea, nacido hace 39 años, profesional desde la temporada 1989 y hombre de confianza de Mario Cipollini, uno de los grandes esprinters de todos los tiempos y gran ausente en la presente edición al retirarse horas antes de la séptima jornada debido a una caída dos días antes. Scirea aprovechó esa libertad para intentar buscar la victoria desde muy lejos, un triunfo que le dio la espalda. Scirea se marchó hacia el kilómetro 37. Su estela sólo la pudieron seguir sus compatriotas Daniele Righi y Giancarlo Ginestri y el australiano Russell Van Hout. Llegaron a tener hasta casi ocho minutos de ventaja hacia el kilómetro 100, una diferencia que no inquietó a los primeros de la general, ya que los componentes de ese cuarteto estaban perdidos y a muchos minutos en la clasificación.

El tramo final volvió a ser un calco de lo ocurrido en las últimas jornadas. Los escapados comenzaron a acusar el esfuerzo y la sincronización en los relevos desapareció. Cada cual intentó hacer la guerra por su cuenta y en el pelotón principal los componentes del Fassa Bortolo comenzaron su crono particular para llevar en volandas a Petacchi, el esprinter de moda. La aventura de Scirea y compañía llegaba a su fin poco después del primer paso por meta, a unos siete kilómetros para final, algo que no es ninguna novedad debido al buen momento de forma de Petacchi y los suyos, pues cuando se acerca el final no duda en imponer un ritmo endiablado, primero para evitar que nadie salga del grupo y también para asfixiar a los rivales más directos de Petacchi, infalible si llega bien colocado y suele rematar con el triunfo de rigor.

La decimosexta etapa unirá las localidades italianas de San Vandemiano y la estación de Falzes, de 217 kilómetros y que tiene como dificultades orográficas los altos de Forecella (segunda categoría, kilómetro 83,4) y Valparola (primera, km. 115), Furcia (primera, km, 161) y Terento (primera, km. 207) como principales dificultades montañosas. Una jornada que debe de servir para aclarar un poco más los primeros puestos de la general debido a los muchos kilómetros de viaje y una segunda parte muy complicada con altos míticos como el Valparola, Furcia y Terento a pocos kilómetros de la línea de meta.

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