L D (EFE) Centenares de inmigrantes se encerraron el sábado a última hora de la tarde y hasta las tres de la madrugada, cuando fueron desalojados por la policía a petición del arzobispado, en la catedral para intentar encontrar una solución a su situación.
El citado portavoz ha subrayado este lunes que los responsables de la catedral "no quieren echar más leña al fuego" y se ha limitado a reconocer que algunos elementos del mobiliario fueron rotos durante la noche, "pero no vamos a pasar la factura a nadie". A pesar de que en la catedral sólo hay un lavabo, los responsables de la iglesia entienden que el lugar "es de culto y se debería ir con mucho cuidado a hacer algunas cosas que son muy desagradables". Este portavoz resalta que "daría mi vida por esta gente, porque están en una situación complicada, pero si uno quiere a Barcelona y su patrimonio debería ir con cuidado".
Asimismo, ha alertado de que si vuelve a producir otro encierro parecido en el futuro "puede acabar en desastre". El arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, ya opinó este domingo que los inmigrantes encerrados no respetaron "el carácter religioso" del templo por interrumpir una misa, y lamentó las "manipulaciones interesadas" de que, a su juicio, fueron víctimas los "sin papeles".
Declaraciones del Zapatero
Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la actuación de la Policía y la Guardia Urbana de Barcelona en el desalojo de los inmigrantes ha sido correcta y había contado con la cooperación y el pronunciamiento favorable de ámbitos sindicales. Acerca del fondo del problema, Zapatero dijo que "es evidente que tenemos un problema de falta de orden la en inmigración y hay que ordenarla; la ordenada es la legal, es la que da garantías a los inmigrantes y es la que produce una incorporación adecuada en la sociedad, tanto en derechos como en deberes".