L D (EFE) Este principio de acuerdo ha sido posible gracias a una serie de entrevistas bilaterales que el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, ha realizado con sus homólogos europeos.
El reparto de poder en la nueva Europa ha enfrentado a Francia, Alemania y España con 13 países pequeños y medianos, entre ellos Austria, Portugal, Grecia, Letonia, Lituania, Hungría, Eslovaquia y Eslovenia.
Estos países pretendían que las decisiones que se fueran a adoptar por doble mayoría (Estados y población) contaran con el voto favorable de al menos el 58 por ciento de los Veinticinco, tres puntos porcentuales por encima de lo que ha propuesto Irlanda, que ostenta en estos momentos la Presidencia del Consejo de Ministros.
Alemania, Francia y Bélgica han expresado su negativa a perder más poder y han llamado a los países reticentes a imitarles, ya que, aunque han subrayado su desacuerdo con algunos puntos del texto irlandés, han expresado su disposición a asumirlo íntegramente.
Dublín ha buscado conciliar las posturas de los defensores (Francia y Alemania) de lo recogido en la Convención Europea -50 por ciento de Estados con el 60 por ciento de la población- con las mantenidas por España y Polonia, que prefieren que los umbrales se eleven hasta el 55-66.
La decisión del sucesor de Romano Prodi al frente de la Presidencia de la Comisión Europea (CE) ha quedado aplazada "algunos días", según ha declarado el primer ministro eslovaco, Mikulas Dzurinda.