L D (EFE) En mayo de 2002 Payá presentó el Proyecto Varela, una campaña auspiciada por un grupo de organizaciones disidentes que pretende hacer el tránsito de la dictadura a la democracia por medio de modificaciones legislativas y referendos populares.
Payá aprovechó que la Constitución comunista en vigor dejaba resquicios que podían utilizarse para iniciar un proceso que permitiera a los cubanos volver a disfrutar de los derechos humanos. Para ello necesitaba reunir al menos 10.000 firmas; logró más del doble, y las presentó a la Asamblea Nacional del Poder Popular (el sucedáneo de Parlamento con que cuenta la Cuba castrista), pero el régimen que detenta el poder en la Isla desde hace 45 años las desconoció e inició una campaña de represión y arrestos contra los varelistas, así como contra el resto de la oposición.
Havel sostiene en su misiva que "cada vez a un mayor número de cubanos" comprenden que "la única amenaza es la propia existencia del sistema totalitario". "No es posible ver desde fuera los movimientos intrínsecos de una socie
dad manejada por un Gobierno totalitario, ya que los dueños del poder fingen no sólo ante sus ciudadanos, sino ante sí mismos, y ocultan la realidad", prosigue Havel en su carta, escrita en respuesta a otra que le envió Payá; en ella éste decía, entre otras cosas, que la represión se desencadenó "más que contra el cambio (...), contra el cambio pacífico, porque el cambio se producirá seguro".
"Tarde o temprano llegará el día en que la oposición actual se convertirá en el foco de las discusiones sobre el futuro de Cuba. La manera en que terminarán los días del régimen represivo será sumamente importante para el desarrollo y el posicionamiento de la oposición", escribe Havel. El ex presidente checo alienta a Payá en sus esfuerzos por un cambio no violento, y recuerda el proceso de transición que culminó con éxito el pasado 4 de enero en la antigua república soviética de Georgia.
El actual mandatario de Georgia, Mijaíl Saakashvili, lideró una revuelta popular que llevó al Eduard Shevardnadze a dimitir, tras las acusaciones de fraude y falsificación masiva en los comicios del 2 de noviembre de 2003. "Aunque su evolución en los últimos diez años difiere de la inmovilidad del régimen cubano, me llena de alegría que haya tenido lugar otro cambio por la vía pacífica", concluye Havel en su escrito.
La relación epistolar entre Payá y Havel comenzó después de que este último, junto a Lech Walesa (ex presidente de Polonia) y Arpad Goncz (ex presidente de Hungría), enviaran en septiembre de 2003 una carta de condena por el encarcelamiento de 75 disidentes cubanos. Éstos cayeron en la oleada represiva de marzo de ese mismo año, la peor de las desencadenadas por el régimen comunista de La Habana en los últimos tiempos.
Havel sostiene en su misiva que "cada vez a un mayor número de cubanos" comprenden que "la única amenaza es la propia existencia del sistema totalitario". "No es posible ver desde fuera los movimientos intrínsecos de una socie
dad manejada por un Gobierno totalitario, ya que los dueños del poder fingen no sólo ante sus ciudadanos, sino ante sí mismos, y ocultan la realidad", prosigue Havel en su carta, escrita en respuesta a otra que le envió Payá; en ella éste decía, entre otras cosas, que la represión se desencadenó "más que contra el cambio (...), contra el cambio pacífico, porque el cambio se producirá seguro"."Tarde o temprano llegará el día en que la oposición actual se convertirá en el foco de las discusiones sobre el futuro de Cuba. La manera en que terminarán los días del régimen represivo será sumamente importante para el desarrollo y el posicionamiento de la oposición", escribe Havel. El ex presidente checo alienta a Payá en sus esfuerzos por un cambio no violento, y recuerda el proceso de transición que culminó con éxito el pasado 4 de enero en la antigua república soviética de Georgia.
El actual mandatario de Georgia, Mijaíl Saakashvili, lideró una revuelta popular que llevó al Eduard Shevardnadze a dimitir, tras las acusaciones de fraude y falsificación masiva en los comicios del 2 de noviembre de 2003. "Aunque su evolución en los últimos diez años difiere de la inmovilidad del régimen cubano, me llena de alegría que haya tenido lugar otro cambio por la vía pacífica", concluye Havel en su escrito.
La relación epistolar entre Payá y Havel comenzó después de que este último, junto a Lech Walesa (ex presidente de Polonia) y Arpad Goncz (ex presidente de Hungría), enviaran en septiembre de 2003 una carta de condena por el encarcelamiento de 75 disidentes cubanos. Éstos cayeron en la oleada represiva de marzo de ese mismo año, la peor de las desencadenadas por el régimen comunista de La Habana en los últimos tiempos. Payá ha visto reconocida su labor con premios como el Sajarov, concedido por el Parlamento Europeo, y el Averell Harriman, patrocinado por el National Development Institute (NDI). Asimismo, ha sido propuesto al Príncipe de Asturias de la Concordia y al Nobel de la Paz.