Las reformas y la corrupción volvieron al primer plano en los territorios palestinos el pasado viernes, cuando terroristas al parecer vinculados a grupos distintos secuestraron en Gaza a dos destacados jefes de la Seguridad Palestina y a cuatro ciudadanos franceses.
Miles de palestinos, la mayor parte militantes del grupo terrorista Brigadas de los Mártires de Al Aqsa –vinculado al movimiento del propio Arafat, Al Fatah–, tomaron las calles de Gaza y se enfrentaron a los oficiales leales al general Musa Arafat, designado por el presidente de la ANP como jefe de los Servicios de Seguridad Palestinos el pasado sábado. Musa es tenido por uno de los hombres más corruptos del Gobierno.
La ANP declaró el estado de emergencia en la Franja para evitar que el caos de adueñara de la zona. Pero la situación ha distado mucho de normalizarse. Así, el sábado presentaba su dimisión el primer ministro, Ahmed Qurea (Abú Alá); Arafat no se la aceptó, pero hasta el momento no le ha remitido ninguna respuesta por escrito.
Entre tanto, fuentes palestinas consultadas por la agencia EFE han dicho que Amin al Hindi, jefe de los servicios de inteligencia, y Rashid Abu Shabak, responsable de la Seguridad Preventiva en Gaza, permanecen en sus residencias y no acuden a sus puestos de trabajo, a pesar de que el presidente de la ANP ha rechazado sus respectivas dimisiones.
Annan dice que la situación en la Franja da la razón a Roed-Larsen
A juicio del secretario general de la ONU, Kofi Annan, la situación que se vive en Gaza demuestra que las críticas de su enviado a Oriente Medio, Terje Roed-Larsen, sobre Arafat y la ANP estaban cargadas de razón. "Detalló los hechos, y pienso que los acontecimientos prueban que estaba en lo correcto", ha afirmado este lunes, desde las oficinas centrales de Naciones Unidas, en Nueva York.
Annan cree que el presidente palestino debe concentrarse en adoptar las medidas necesarias para retomar el control sobre la Franja y para que la ANP emprende las tan traídas y llevadas reformas.